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Un campo de cosecha abundante

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Un campo de cosecha abundante

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Cuando se piensa en Detroit, mucha gente piensa en la fabricación de automóviles y en el sonido de Motown en días pasados.

Sin embargo, el Detroit metropolitano tiene hoy en día el cuarto asentamiento de refugiados de Oriente Medio más grande en los Estados Unidos. De hecho, el lado este cerca de Dearborn tiene el 97 por ciento de árabes musulmanes.

Randy P. Merren y Paul P. "Trey" Hancock, misioneros de las Asambleas de Dios de los EU sirven con los Ministerios Interculturales, y conocen bien estos números. Han respondido al llamado de Dios para traer el amor de Jesús a esta única población.

Merren, de 59 años, y su esposa, Mary Jane, viven en Detroit y atienden principalmente a los refugiados sirios que son musulmanes. Hancock, 64 años, y su esposa, Becky, viven en Dearborn, donde se conectan con los árabes musulmanes.

En el 2016, Merren renunció como Pastor de la Asamblea de Asamblea de Dios del Valle de Clinton, donde había servido por 13 años, y entró en el trabajo misionero a tiempo completo para alcanzar a los musulmanes.

Hancock dice que Dios plantó las semillas de su llamado durante su adolescencia en Birmingham, Alabama. A principios de la década del 1970, Hancock dice que el avivamiento que arrasó las escuelas secundarias de esa ciudad los impulsó a cruzar las barreras culturales. Mientras estaba en Dearborn para el entrenamiento cultural en 1987, dice que Dios lo llamó para alcanzar a los árabes musulmanes.

En 2000, Hancock comenzó la Iglesia de Springwells en Dearborn. La iglesia mantiene un flujo constante de actividades ministeriales que alcanzarán a los musulmanes árabes: drama, Exploradores del Rey, Taekwondo, programas infantiles y eventos de alcance en el parque.

En Detroit, Merren visita a los refugiados en sus casas y les lleva comida y artículos para el hogar mientras se establecen en su nueva área.

"Este ministerio es como construir un puente mientras caminas en el," dice Merren. "Tienes que confiar en el Señor y escuchar su voz para dirigir, porque no es fácil."

Merren trabaja fuera de su casa por ahora, pero eso cambiará este otoño. El ministerio compró un edificio en un vecindario de Detroit que albergará al Centro de Esperanza Internacional. Al ofrecer inglés como segundo idioma, tutoría para estudiantes, clases de ciudadanía para adultos y capacitación laboral, Merren planea establecer relaciones con los refugiados. Esa es la clave, dice, para que ellos lleguen a la fe en Cristo.

A pesar de las horas que Merren y Hancock invierten en sus comunidades, luchan por producir el fruto espiritual que les gustaría ver. En Detroit, Merren se enfrenta a la resistencia al evangelio de los refugiados, y lucha contra el desaliento por ello.

"Su identidad — de ellos — es el islam," dice. "Están envueltos en ser musulmanes, así que alejarse de eso es una decisión importante."

Hancock tardó cinco años en ver sus primeras conversiones en Dearborn — cinco musulmanes árabes que aceptaron a Cristo en una reunión bíblica celebrada en su casa.

Sin embargo, Hancock está convencido de que muchos musulmanes en Dearborn ya creen en Cristo, pero temen decirlo por el alto costo de la conversión. Uno de esos convertidos es Hass, un interino del ministerio que trabaja en su licenciatura en Biblia. Después de aceptar a Jesús hace unos años, perdió a su esposa, su negocio, sus vehículos y su casa. Pero Hancock dice que Hass tiene muchos parientes y contactos en la comunidad islámica, lo que podría permitirle tener un gran impacto para el evangelio allí.

Merren describe su alcance en Detroit en los términos que Jesús usa en Mateo 25: alimentar y vestir a "los más pequeños de todos," visitarlos e invitarlos.

"Cuando estás con ellos, las familias de refugiados, la presencia de Dios es innegable", dice Merren. "Eso aumenta mi pasión."

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