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Sr. Consistencia

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Sr. Consistencia

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La mayoría de las mañanas de cada semana, Carlos R. Reyes conduce desde su casa en Teaneck, Nueva Jersey, a la iglesia que pastorea cerca del puente Washington Heights de Manhattan. Vestido elegantemente con camisa, corbata y chaqueta, sube sin ayuda al estrado para predicar el sermón dominical mientras se pone su mascarilla facial. Los jueves dirige un estudio bíblico sobre el Libro de Isaías.

A los 96 años, Reyes es el pastor más antiguo y de más larga trayectoria de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos. Ha servido en la Iglesia Pentecostal de Washington Heights en español desde 1953, primero como co-pastor, y desde 1958, como el pastor principal.

Y no tiene planes de retirarse, aunque a menudo se le ha pasado por la cabeza.

"Muchas veces he tenido ganas de retirarme, pero como el Señor no me ha dado permiso, no puedo," dice Reyes.

Nacido en Puerto Rico en 1924, Reyes llegó a la fe en Cristo a los 12 años y en 1944 se mudó a Nueva York. Por recomendación de su pastor, buscó una iglesia pentecostal, que lo llevó a la congregación donde sirvió desde la presidencia de Dwight D. Eisenhower.

Pero como la iglesia terminó con una sucesión de 10 pastores, en 1952 comenzó los estudios en el Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios para prepararse para el pastorado. Al año siguiente, la Iglesia Pentecostal le llamó a Reyes para que fuera co-pastor, y en 1958, junto con su esposa, Antonia, el pastor principal.

"No sabía cómo ser pastor," dice Reyes. "El Señor me enseñó en 1956."

Reyes dice que Dios le reveló un método de ministerio que la iglesia sigue hasta el día de hoy, que incluye siempre tener una clase de bautismo.

La pareja tuvo tres hijas mientras ministraban en la iglesia, que ha plantado congregaciones en los distritos de Nueva York, en Nueva Jersey, y en el extranjero en la República Dominicana, Guatemala, Ecuador y España. Las áreas representan la demografía de su congregación de alrededor de 275, compuesta por salvadoreños, dominicanos, cubanos, españoles y puertorriqueños. Se desempeñó como presbítero y en otras capacidades en el Distrito Hispano del Este de las AD, al que pertenece la iglesia.

El ha ministrado en Manhattan a través de las secuelas del terrorismo (la iglesia está a 11 millas del World Trade Center) y ahora en medio de la pandemia del COVID-19.

"Predicamos el evangelio, salvamos almas y bautizamos a la gente," dice Reyes. Ese llamado se mantiene, incluso en la crisis de salud mundial que al principio devastó a Nueva York. "Debemos seguir predicando para que la gente se pueda convertir. Unos rechazan el evangelio y otros lo reciben."

El pastor principal describe a Iglesia Pentecostal de Washington Heights como bíblicamente conservadora.

"Muchas iglesias se han convertido en modernas," dice Reyes. "Nosotros somos anticuados."

Reyes no sabe cuántos sermones ha predicado. Pero en su armario hay una gran caja y varios cuadernos llenos de sus mensajes, registros de su ministerio que ahora se extiende por dos tercios de un siglo. También ha acumulado algunos consejos a lo largo de las décadas sobre cómo permanecer en el púlpito.

"He aprendido que para ser cristiano, tienes que ser fuerte, valiente y recibir golpes," dice Reyes. "Hay críticas, persecuciones, calumnias, ataques e insultos. Lo bueno es que hay gozo, vida, bautismos, sanidades y milagros."

Reyes dice que no ha hecho nada especial para vivir tantos años.

"Cada vez que me enfermo, el Señor me sana," dice Reyes. "No bebo, ni fumo, ni tomo drogas, ni tengo ningún otro tipo de vicio. Me convertí a los 12 años y he seguido este camino."

Reyes asesoró al actual superintendente de distrito Manny A. Álvarez Sr. cuando era pastor joven y firmó su primera credencial de ministerio.

"Ha seguido la batalla," dice Álvarez, de 61 años. "Él ha sido un verdadero siervo de Dios que ha servido a sus miembros, permitiéndoles avanzar, tanto espiritualmente como educativamente."

Aunque Reyes no tiene la energía que tuvo una vez, Álvarez dice que sigue siendo un modelo a seguir.

"Él tiene mucha experiencia y mucha sabiduría para ser mentor de muchos líderes", dice Álvarez. Él ha ayudado a mucha gente a lo largo de los años, y todavía está ministrando en la formación de líderes. A su edad todavía predica y enseña eficazmente."

Álvarez afirma que la jubilación no está en el vocabulario de Reyes, que sigue asistiendo fielmente a las reuniones seccionales.

"Lo admiramos porque no es fácil a su edad," dice Álvarez. "Él cree que puede continuar hasta 120."

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