Un Llamado a Long Island
El que era conserje se lanza a un ministerio de tiempo completo.
El neoyorquino, Marlon A. Rodríguez plantó el Centro de Adoración Nueva Esperanza en Long Island hace menos de tres años mientras laboraba en dos trabajos. Pero Rodríguez dejó su trabajo del mundo corporativo para consagrarse en el ministerio a tiempo completo.Mientras Rodríguez se preparaba para comenzar la iglesia, él trabajaba como conserje en un edificio de Manhattan. Sin embargo, cuando comenzó la iglesia, decidió cambiar de trabajo y vino a ser asistente de maestro en Long Island a fin de ser parte de la comunidad donde está ubicada la iglesia. Durante las horas escolares él les ayudaba a los estudiantes, y pasaba el resto de su día trabajando para que la iglesia creciera y para discipular a sus miembros.
Rodríguez y su esposa, Rosally, trabajaron con un equipo de otras cinco personas para encontrar un lugar dónde congregarse. Después de tocar las puertas en innumerables edificios potenciales y escuelas, Jacob Abraham, pastor de una iglesia hindú pentecostal, le permitió a Rodríguez usar un espacio para su reunión sin cargo alguno.
El Centro de Adoración Nueva Esperanza creció lenta pero establemente y Rodríguez comenzó a enseñar sobre el desarrollo de liderazgo basado en los materiales del sitio web de la Red de Multiplicación de Iglesias.
"Empecé a educarme con los recursos gratuitos que pude encontrar," dice Rodríguez.
Durante esta temporada, a Rodríguez le fue difícil encontrar tiempo para reunirse con su personal de trabajo, discípulos, trabajar en la escuela y pasar tiempo con su esposa y sus tres hijos: Nadine de 15; Natalie de 13 y Noah de 9 años. En muchas ocasiones desde la medianoche hasta las 3 de la mañana, él estudiaba sus sermones y los cursos de acreditación en el cual se había inscrito a través de la Escuela de Ministerio del Distrito Hispano del Este. Se dio cuenta de que el frenético horario estaba causando estragos en su relación con su esposa e hijos.
"No podía salvar la iglesia y perder a mi familia," dice Rodríguez, señalando que Nadine es autista y requiere un cuidado adicional. "Quiero que mis hijos amen la iglesia."
Ricardo Ayala, miembro de la junta directiva del Centro de Adoración Nueva Esperanza, también reconoció ese dilema.
"Era difícil porque no teníamos suficiente dinero para pagarle al pastor, pero tan pronto como crecimos quisimos pagarle," dice Ayala. "Así que empezamos a darle algo después de un año y medio, a pesar de que no era un salario completo."
Dos años después de la apertura, la iglesia sobrepasó su espacio y tuvo que trasladarse a otro local. La junta directiva también tomó una importante decisión de asistir a un seminario con el Distrito Hispano del Este para saber cómo crear un paquete salarial para el pastor. Aunque era menos de lo que ganaba como asistente de maestro, Rodríguez y su esposa confiaron en que Dios proveería todas sus necesidades.
"Dios me llamó, así que yo sabía que me respaldaría," dice Rodríguez. "No lo hicimos por el dinero."
Rodríguez aprecia que ahora tiene suficiente tiempo para preparar sermones relevantes.
"Cuando estás a tiempo completo, puedes enfocarte en la visión y el plan que Dios te ha dado," dice.