Entrenador lucha contra el cáncer usando su fe y amistades.
Cuando un cáncer raro amenazó con derribar al entrenador de baloncesto femenino de la Universidad Vanguard, Russ Davis, la gente, las oraciones, y Dios lo levantó.
Pídele a un observador externo que califique los últimos 12 meses de Russ Davis en una escala del 1 al 10, y la respuesta podría muy bien ser, "¿Qué tal un negativo cinco?" Por más de dos décadas, Davis ha vivido una vida de éxito casi inigualable como entrenador. Entrenador principal del equipo de baloncesto femenino de los Leones de la Universidad Vanguard durante las últimas 24 temporadas, el porcentaje de victorias de Davis en su carrera supera el 80%, sus equipos han clasificado en primer o segundo lugar en la Conferencia Atlética del Estado Dorado 17 veces y han aparecido en la encuesta nacional de la División 1 de la NAIA todas las semanas desde el 2002. Sus equipos han clasificado 21 veces a el Torneo Nacional de la NAIA y lo ganaron en 2008. Es miembro de la NAIA y el Salón de la Fama de la Universidad Vanguard — sus elogios y logros pueden llenar páginas.
ENTRANDO AL VALLE
El espiral comenzó en marzo del 2019. Tras una derrota en la primera ronda para su equipo femenino de Vanguard en el Torneo Nacional de Baloncesto de la NAIA, a Davis se le diagnosticó diabetes. Su dieta tuvo que cambiar radicalmente para evitar consecuencias aún más graves.
Cuando comenzó su batalla contra la diabetes, en abril comenzó a tener problemas con su garganta. ¿El diagnóstico? Amigdalitis... o eso pensaba el doctor.
Cuando los antibióticos fallaron, enviaron a Davis a un especialista médico de oídos, nariz y garganta. Unas semanas más tarde, una biopsia confirmó la sospecha del especialista: cáncer de garganta.
"Mi cáncer estaba en mi cuello y garganta en ambos lados," dice Davis, que pasó mucho tiempo investigando la enfermedad. "Mi médico me dio dos opciones: cirugía o radiación y quimioterapia. Le pregunté si yo fuera su hijo, qué me recomendaría. Me dijo que radiación y quimioterapia. Así que, eso es lo que elegí."
El cáncer de garganta es relativamente raro. Pero cuando es diagnosticado, no es raro que los médicos aconsejen y consideren médicamente necesario que se extraigan dientes con cualquier problema antes de comenzar el tratamiento de radiación, ya que de lo contrario podrían surgir complicaciones graves. A Davis le sacaron varios dientes.
"Empecé mi primer quimioterapia a finales de junio y empecé radiación poco después," dice Davis. "Tuve cuatro visitas de quimioterapia y luego siete semanas (cinco días a la semana) de radiación."
Radiación en la garganta puede tener algunos efectos secundarios adversos, uno de ellos es el impacto en la capacidad de tragar. A la quinta semana, Davis tenía tanta dificultad tragando que le llevaba una hora tomar un vaso de agua y ya no podía tragar sus medicamentos.
Incapaz de comer, beber o incluso tragar, terminó en urgencias donde sus análisis de sangre revelaron que necesitaba una transfusión de sangre. Se le insertó un tubo de alimentación en el estómago, pero Davis, que pesaba 300 libras, estaba tan débil que apenas podía moverse, y mucho menos caminar.
"Soy soltero y vivo solo," explica Davis. "No había forma de que podría volver a casa."
A finales de agosto, después de pasar tres semanas en un centro de enfermería para fortalecerse y aprender a caminar de nuevo, finalmente pudo volver a casa. Luego completó sus tratamientos de quimioterapia y radiación.
LA RECUPERACIÓN LO HA MARGINADO
Pero los desafíos para Davis estaban lejos de haber terminado. Aunque sus fuerzas continuaban regresando, aún necesitaba cuidados de enfermería en casa y terapia. Luego desarrolló un linfedema — una obstrucción incurable en el sistema linfático que lleva a hinchazón y a una posible infección en su cuello por la radiación.
"Mi garganta se inflamó e hinchó," dice Davis, quien, hasta el día de hoy, está recibiendo terapia para recuperar completamente la capacidad de tragar. "Todavía estaba en el tubo de alimentación (en su estómago), así que estaba recibiendo nutrición y fortaleciéndome."
Debido a la condición de Davis, Maiya Michel, un asistente entrenador, dirigió el equipo de baloncesto femenino.
"Me sentí humilde y honrado por la confianza que el entrenador Davis, nuestro director atlético Jeff Bussell, y la universidad tuvieron en mí," afirma Michel. "El impacto de su lucha se sintió no sólo en el equipo, sino en todo el campus. Su batalla ha elevado a este equipo a un nivel superior de lucha y perseverancia."
Pero en diciembre, el único paso adelante se convirtió en el proverbial "dos pasos atrás." Davis desarrolló problemas de mareo y equilibrio. Al levantarse de la cama una mañana, se desmayó, se cayó y se lastimó la espalda hasta el punto de que una vez más apenas podía moverse y tuvo que volver a terapia para recuperarse de la lesión.
En lo que respecta a Davis, el año no podía terminar lo suficientemente pronto.
KOBE . . . SÍ, ESE KOBE
Davis no va a mentir. Se enfrentó a algunos oscuros y difíciles desafíos durante el año pasado — el tipo de desafíos de los que están hechas las pesadillas. Pero también reconoció que tenía un enorme apoyo personal y podía sentir el apoyo de la oración continua.
"He recibido apoyo literalmente de todo el mundo, del mundo del baloncesto, de todas partes. Me siento humilde." dice Davis. "No sabía que era capaz de tocar tantas vidas."
Una de las vidas que Davis tocó fue la de la leyenda del baloncesto Kobe Bryant. Davis y Bryant se conocieron a través de Nike — ya que ambos tienen contratos con la mega corporación deportiva. En el 2018, Bryant le preguntó a Davis si le permitiría usar el gimnasio de la escuela para su equipo de baloncesto Mambas, en el que jugaba la hija de Kobe, Gianna. Davis les dio una cálida bienvenida.
Con el tiempo, Davis y Bryant se hicieron buenos amigos. De hecho, Davis admite que fue Bryant a quien Dios usó para ayudarle superar el diagnóstico de cáncer mentalmente. Bryant visitó a Davis en el hospital y le envió mensajes de texto motivadores al menos una vez a la semana para ver como estaba e inspirarlo.
"Me dijo que no puedo sentir lástima de mí mismo," recuerda Davis. "Que tenía que vencerlo, no dejar que me venciera. Me hizo responsable de hacer las cosas que necesitaba hacer para fortalecerme."
Davis apenas se lesionó la espalda en el espejo retrovisor cuando el 26 de enero llegó la desgarradora noticia del trágico accidente de helicóptero que tomo la vida de su amigo, Kobe, y Gianna junto con siete personas.
"Yo conocía personalmente y era amigo o conocido de todas las personas a bordo de ese helicóptero, excepto el piloto," dice Davis en voz baja, el dolor de la pérdida todavía evidente en su voz. "Ha sido un... "...dice, y se detiene, incapaz de continuar.
MIRANDO HACIA ADELANTE
A través de innumerables correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas, visitas y mensajes, Davis ha sentido el amor, las oraciones y el apoyo que le rodea a lo largo de su terrible experiencia.
Dice que todavía está en su tubo de alimentación, pero observa que ha perdido 65 libras, algo que necesitaba hacer. También se realizó recientemente una tomografía computarizada que arrojó un informe de "libre de cáncer," su terapia para el linfedema y la deglución están progresando bien, y el 30 de enero pudo regresar a las lineas de bandas para entrenar a su equipo por primera vez en esta temporada.
"Es un animador," afirma Jeff Bussell, director atlético de Vanguard. "Incluso mientras lucha contra el cáncer y todo lo que esta pasa, nos inspira. Su confianza en el Señor a través de todo este proceso me ha inspirado realmente en mi fe. Nunca olvidaré que cuando entró en la cancha en su primer partido de regreso y tomó el micrófono, recibió una ovación de pie que podría hacerte llorar."
Michel está de acuerdo, declarando: "Hemos estado con él en cada paso del camino orando y animándole a seguir luchando y venciendo esta enfermedad. El día que anunció su remisión fue uno de los días más poderosos para nuestro programa. Demostró el verdadero poder de la oración y la perseverancia mental."
Davis sigue esperando el día en que pueda empezar a comer de nuevo, cree que es sólo cuestión de tiempo. "Probablemente 100 personas me han prometido una cena de bistec una vez que me quiten el tubo y pueda comer de nuevo," dice, y luego añade con una risa, "¡y estoy tomando cuanta de esa gente!"
Sin embargo, es su nueva apreciación de la gracia de Dios y la plataforma que le ha dado lo que más significa para Davis.
"El Señor me ha dado una fuerza increíble a través de todo esto y estoy muy agradecido," reflexiona Davis. "Creo que las cosas suceden por una razón, y una de las grandes cosas que ha pasado atrevés esto es que realmente ha fortalecido mi relación con Cristo. También me ha dado una gran plataforma para compartir mi historia a través del éxito de mis equipos, mi carrera, las cosas con las que he sido bendecido, y las cosas a través de las que Dios me ha sostenido."
Y si hay alguna duda sobre lo que Davis trae a la comunidad de Vanguard, el Presidente Michael Beals lo deja claro: "El entrenador Russ Davis encarna los valores fundamentales de la verdad, la virtud y el servicio en el corazón de la misión de Vanguard. Su confianza en la fidelidad de Dios se ha visto claramente en la forma en que ha formado los corazones y talentos de generaciones de estudiantes atletas de VU y más recientemente en su batalla contra el cáncer. Russ es un tesoro de Vanguard."