Encontremos paz en la crisis actual
El impacto más reciente de la pandemia del coronavirus ha causado interrupciones en nuestra vida
a un nivel que no se han experimentado por generaciones. Como consejero, recientemente escuché a algunas personas decir que se sienten paralizados, paranoicos, desesperanzados, y con temor al futuro, y en alguna etapa de pánico.
El hecho es que esta es una amenaza que no puede resolverse mediante destrezas militares estratégicas o repararse mediante un rápido descubrimiento médico. El COVID-19 nos ha llevado a enfrentar sentimientos de incertidumbre y pérdida de control. Como cristianos, vivimos por fe, pero disfrutamos de la seguridad de saber que Dios nos ha dado control sobre nuestras elecciones diarias. Cuando una crisis perturba los detalles diarios de nuestras vidas, a menudo sacude nuestra fe en maneras que causan ansiedad.
Creo que hay cuatro estrategias claves del Espíritu que lo ayudará a usted y a su familia a sobrellevar este difícil momento.
Primero, tenemos la oportunidad de aprender a cómo entregarle estas situaciones al Señor; hay cosas que no nos ha dado la responsabilidad de arreglar o controlar. Dios nos da sabiduría y estrategias para ser proactivos en formas que estas puedan ayudar a protegernos y a los miembros de nuestra familia. Por ejemplo, es aconsejable usar los desinfectantes adecuados. Aquellos que tienen baja inmunidad deben tomar precauciones adicionales.
Sin embargo, hay muchos problemas sobre los que no tenemos control, como cuánto durará la crisis con sus limitaciones, las consecuencias económicas o incluso si podríamos estar expuestos al virus. Estas áreas que Dios no ha puesto bajo nuestro control son los asuntos que debemos entregarle diariamente. Podemos hacer esto de una manera tangible levantando las manos extendidas hacia el Señor y verbalizando nuestra preocupación a un Dios que sí tiene el control.
El apóstol Pablo nos dice: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias." (Filipenses 4: 6). Dar esas circunstancias que no podemos controlar a un Dios que puso las estrellas en el cielo y conoce el principio del fin puede aliviar un corazón de ansiedad.
Segundo, tenemos la oportunidad de aprender a confiar en Dios en este momento. La mayor parte de la ansiedad es el resultado de preocuparnos por los problemas pasados o el miedo al mañana. En el asesoramiento, utilizamos un principio llamado "conexión a tierra" para permanecer en el momento. Por ejemplo, escuchar las Escrituras mientras se imagina que está en un lugar seguro que brinda consuelo le ayudará a permanecer en el presente.
El Salmo 23 es una porción perfecta para esto. Podemos usar nuestros sentidos dados por Dios para enfocarnos en el momento presente, ya sea mirando la salida del sol, escuchando la lluvia o música de adoración, u oliendo el aire fresco que entra por la ventana. Permanecer en el presente puede disminuir significativamente la ansiedad. Mateo 6 nos dice que no nos preocupemos por qué comer o qué vestir, sino que primero busquemos el reino de Dios y todas nuestras necesidades serán satisfechas, "así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán." (Mat. 6:34).
¡Qué desafío! Nuestro Padre Omnipotente tiene el mañana en sus manos. Solo necesitamos permanecer en el presente y en su presencia, creyendo que Él ya tiene resuelto el mañana.
Tercero, durante esta temporada podemos entrar en un tiempo de descanso y oración. En todo lo que hacemos, a menudo olvidamos en cómo estar en Él. Ahora es una oportunidad para bajar la velocidad y pasar tiempo escuchando lo que el Espíritu Santo está tratando de decirle a la iglesia y a nosotros como sus hijos.
Estamos tan ocupados realizando el ministerio, criando una familia y trabajando para lograr nuestros objetivos que olvidamos cómo Dios quiere tener comunión con nosotros. ¡Esta crisis brinda la oportunidad de pasar un tiempo con Dios y conectarnos con él de una mayor manera!
Mientras más lo escuchemos, más productivo será nuestro hacer. Exprésele al Señor todas sus emociones sobre esta crisis. Sus miedos, ira, estrés y frustraciones no son demasiado para un Padre grande y comprensivo que desea que nos apoyemos en Él durante este momento difícil. Compartir tus turbulentas emociones con Dios no es falta de fe. Durante este tiempo de descanso, permita que el Espíritu Santo le hable de manera más profunda, adorando a Aquel que nos permite servirle. Santiago 4:8 dice: "Acerquémonos a Dios y Él se acercará a nosotros." El quiere consolar a Su Iglesia y asegurarnos que tiene todo bajo control.
Cuarto, y por último, tenemos una oportunidad para conectarnos con aquellos que quizás no están siendo bendecidos como nosotros. Las Escrituras nos recuerdan en Gálatas 6:2 que "sobrellevemos los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." Tendremos ocasiones para ayudar a quienes más nos necesitan: los ancianos, tal vez una madre soltera que necesita una niñera mientras sus hijos están fuera de la escuela y ella continúa trabajando, tal vez una viuda solitaria que necesita una llamada telefónica o una familia que se ha quedado sin comida. La oportunidad de satisfacer las necesidades sentidas durante un momento de crisis muestra nuestra fe en la acción.
El orador y escritor Bob Goff dijo: "El mundo descubrirá lo que realmente creemos, al observar lo que realmente hacemos." Durante esta emergencia, la Iglesia tiene la oportunidad de satisfacer necesidades prácticas de una manera que muestre el amor de Jesús cuando la gente más lo necesita. No se deje atrapar por la ansiedad del momento y pierda la oportunidad de amar a quienes necesitan a alguien.
En resumen, ceda el control al Señor, permanezca en el presente, conéctese con el Padre y busque formas de satisfacer las necesidades que lo rodean. No creo que Dios haya creado el coronavirus, pero sí sé que Dios usa las calamidades para darle a la Iglesia la oportunidad de depender de él de una manera más grande y mostrar Su amor a un mundo perdido, ansioso y desesperado que busca la esperanza que podemos darle. Ponga todas sus preocupaciones en un Dios que tiene todo bajo control.
Jeff Gray es un médico clínico de los Ministerios de Consejería Emerge en Akron, Ohio. Es un ministro con licencia de las Asambleas de Dios. La línea de ayuda de las AD, un servicio de apoyo de asesoramiento anónimo 1-800, para ministros de las AD y sus familias cuenta con asesores de Emerge. Si necesita conversar, puede comunicarse con la línea de ayuda al 1-800-867-4011. Visite Emerge yendo a emerge.org.