Los sordos oirán... Milagros en Kentucky

Para Paula Patterson, Kayla Medlin y Terry Malloy, el domingo 18 de octubre es un día del que todos se alegran de escuchar una y otra vez, ya que en un lapso de unos 15 minutos, cada uno se sanó y pudo escuchar claramente por primera vez en años— ¡incluso décadas!

El pastor Paul Long dice que los milagros ocurrieron uno tras otro en LifeChurch, una nueva iglesia plantada en Middlesboro, Kentucky, lo dejaron sin palabras — abrumado por el poder del Espíritu Santo para sanar y restaurar instantáneamente.

"Tengo 51 años y he estado en el ministerio por un buen número de años, pero nunca he presenciado personalmente algo así," dice Long. "El factor sorpresa me abrumó. " Fue indescriptible . . . Todavía me cuesta articular lo que vi."

Patterson tiene 63 años y ha sido sorda de su oído derecho desde que tenía 7 años de edad; Medlin tiene 25 años y tenía una condición hereditaria que estaba reduciendo progresivamente su capacidad de oír por su oído derecho. Y Malloy, que tiene 68 años, tuvo tinnitus (zumbido) en sus oídos durante más de 20 años que le impidió oír con claridad. ¿La palabra clave para los tres individuos en todo esto? "Tenía."

Sin embargo, estos milagrosos eventos tal vez nunca hubieran tenido lugar si Long y su esposa, Rebecca, hubieran escuchado a sus propios corazones en lugar de la voluntad de Dios.

NO FUE BONITO

Los Longs habían ministrado por última vez en una iglesia independiente durante casi una década, y su partida no fue una salida agradable. Dejaron a esa iglesia cuestionando el llamado de Dios sobre sus vidas – ¿quizás el ministerio no estaba donde deberían estar?

En Middlesboro, la antigua iglesia de las AD había visto a numerosos pastores ir y venir en 10 años — había algunos problemas muy arraigados dentro de la iglesia. Pablo había ocupado un par de veces el puesto de ministro invitado en la iglesia y rápidamente reconoció la discordia. Cuando el Superintendente Joe Girdlier de la Red Ministerial de Kentucky preguntó si los Longs estaban interesados en pastorear la iglesia, su énfasis en "No" no puede ser exagerado.

Pero las conversaciones continuaron hasta que finalmente Long llamó a Girdlier, asegurando una Rebeca preocupada que sus "requisitos" para aceptar el pastorado de la iglesia nunca serian aceptados.

"Rebecca tenía miedo de que tomáramos la iglesia y no me quedaba la lucha o la voluntad de exponer a mi familia a una iglesia que todos sabíamos que no nos acogería — o a nadie, en dicho caso," dice Long. "Así que mis requisitos, que sabía que el pastor Joe (Girdlier) nunca aceptaría, incluían el cierre de la iglesia por un largo período de tiempo y luego básicamente plantar una nueva iglesia."

Cuando Girdlier recogió la llamada de Long, antes de que Long pudiera incluso comenzar a expresar su posición, Girdlier la cortó y dijo que había estado pensando en la iglesia y lo primero que tenían que hacer fue cerrarla, no por unas pocas semanas, sino por el tiempo que tomara hacer las cosas bien. La expresión de Girdlier de los requisitos exactos de Long lo dejó atónito.

"Mi corazón comenzó a golpear y comencé a sudar," admite Long. "Pensé para mí mismo, ¡Oh no! ¡Esto realmente va a pasar!"

A pesar de sus temores iniciales, Long dice que la red ministerial los apoyó de una manera sin precedentes para ayudar a que la transición fuera un éxito total. La iglesia fue cerrada y durante 10 meses, a partir de enero del 2019, Long dirigió servicios en diferentes lugares de la ciudad, construyendo un fuerte equipo y una pequeña congregación mientras la iglesia estaba totalmente remodelada. Una y otra vez durante el proceso, a través de las bendiciones y la provisión, Dios continuó confirmando a los Longs que esa era Su voluntad para sus vidas. La iglesia se abrió al público en octubre del 2019.

DOMINGO DE MILAGRO

Hace unas semanas, la iglesia de unos 75 feligreses celebró una semana de ayuno y oración por los perdidos, la ciudad y la nación, pero no hubo nada específico el 18 de octubre. El servicio del domingo por la mañana fue un servicio regular, con Long hablando sobre el tema de la fe genuina.

Después del mensaje de servicio y de un llamado al altar, llegó el momento de orar por otras necesidades. La iglesia tiene cinco estaciones de oración – una de ellas es para la oración por la sanidad personal o la sanidad de un amigo o miembro de la familia.

Patterson fue el primero en responder. Ella perdió la audición hace décadas cuando era una niña. Su padre era minero de carbón de una cueva y cuando se usaba la dinamita para aflojar el carbón, ella estaba demasiado cerca y la explosión la ensordeció permanentemente.

"Por 15 años he tenido vértigo, lo que me hace enfermarme y estar muy mareada cuando muevo la cabeza demasiado rápido, el médico me dijo que tiene algo que ver con mi oído interno," dice. "Cuando no vi a nadie ir a la estación de oración de sanidad, decidí que yo debería ir. Ni siquiera pensé en la sordera de mi oído derecho, ya que han orado tantas veces, sin resultados, que me imaginé que era algo con lo que iba a vivir el resto de mi vida".

Cuando Patterson le dijo al líder de la estación de oración sobre su vértigo, le preguntó qué oído estaba causando el problema. Respondió que tenía que ser su oído izquierdo ya que era sorda en el derecho. En ese momento, decidió orar por ambos temas y puso sus manos sobre sus oídos y comenzó a orar.

"Sentí esta sensación de calor corriendo por todo mi cuerpo y luego escuché dos estallidos," dice Patterson, haciendo una pausa mientras comienza a llorar suavemente, "y lo siguiente que noté fue que la música estaba muy, muy fuerte — ¡fue entonces cuando me di cuenta de que también podía escuchar por ese oído!"

Long recuerda que Patterson estaba agachada con la cara en las manos, temblando y llorando. Cuando se acercó para averiguar lo que pasó, Patterson estaba llorando, "¡Puedo oír, puedo oír!"

EL MILAGRO DE MEDLIN

A medida que la sanidad de Patterson fue proclamada desde el púlpito, Long giró y miró a Medlin, que es una músico del equipo de adoración, para animarla para que fuera y que oraran por ella.

Medlin había estado perdiendo lentamente su audición en el oído derecho desde que estaba en el segundo año de la escuela secundaria, posiblemente incluso antes de eso. Tenía una condición hereditaria llamada otosclerosis — su madre tiene pérdida de audición en ambos oídos, mientras que su tía y su tío (por parte de su madre) estaban casi totalmente sordos debido a la condición.

Explica que podía oír algunos sonidos en su oído derecho, pero no distinguirlos. Incluso con el uso de un audífono, necesitaba sentarse adelante en la aula para entender lo que se decía.

Cuando se compartió la sanidad de Patterson, Medlin admite que su reacción no fue positiva.

"Para ser completamente honesta, me enojé," dice. "Pensé, Dios, ¿cómo la podrías sanar justo delante de mí, porque cada iglesia a la que he ido, han orado por esto..."

Tal vez, el dolor también jugó en su reacción, pero Dios fue paciente y simplemente le habló a su corazón, "¿Por qué no bajas ahí?"

Después de discutir consigo misma durante un tiempo, captó la mirada de Long y supo que tenía que irse.

"Tan pronto como bajé de la plataforma y empecé a dar unos pasos, cada vez se me hacía más difícil caminar," dice. "No había nada que me detuviera, pero la presencia de Dios era tan pesada, con todo el mundo orando, era como si el aire se sintiera denso... Nunca experimenté algo tan tangible, donde se pudiera sentir que indudablemente algo [de Dios] está pasando."

Al igual que Patterson, el líder del equipo de oración supo de la necesidad de Medlin y luego colocó sus manos sobre sus oídos y el grupo comenzó a orar.

"Comencé a sacudir y mi oído parecía calentarse, y luego comencé a escuchar este estallido en mi oído derecho, como algo se estaba rompiendo o soltando," dice Medlin. "Cuando sentí eso, sabía lo que estaba sucediendo, y solo perdí el control emocionalmente a medida que comencé a oír las oraciones a través de su mano, cuando antes no podía oír nada en mi lado derecho."

Jeremy, su marido, había estado bajando de la cabina de los medios de comunicación para orar con el grupo por Kayla, pero antes de que pudiera llegar, la sanidad había ocurrido.

"Acabamos sosteniéndonos unos a otros y lloramos porque había sido un obstáculo en mi vida por tanto tiempo," dice.

Después de compartir con familiares y amigos acerca de su sanidad el domingo, al día siguiente Medlin asistió a una de sus clases de posgrado en la universidad local. "Pude sentarme en el fondo de la clase por primera vez. No usé mi audífono y escuché todo muy bien... [la sanidad] ha sido un cambio completo en mi vida".

UNA VEZ MAS

El tinnitus de Malloy era más que una ligera distracción. El canto en sus oídos le impidió oír con claridad y luchó por entender lo que la gente decía.

"Trabajé como molinero alrededor de turbinas de vapor y mucho ruido," dice Malloy. "El zumbido de mis oídos sonaba como una campana y sólo podía captar ciertas palabras y sonidos — decía constantemente '¿que?' a mi esposa y a los demás porque no podía oírlos."

Malloy estaba trabajando en la estación de oración de salvación el Domingo. Después de las sanidades de Patterson y Medlin, la necesidad de que oraran por el termino por llevarlo adelante, pero al igual que las mujeres habían luchado por responder, admite que al principio se resistió.

Pero al dejar de lado sus aprensiones, Malloy fue a la estación y expresó su necesidad de orar por su audición.

"Comenzó a orar por mí — la presencia de Dios era tan real — y luego puso las manos sobre mis oídos," recuerda Malloy. "Tan pronto como lo hizo, fue como si me pusiera unos auriculares y podía oír, ¡podía oírlo todo! El canto en mis oídos se había detenido — ¡el Señor me había tocado!"

Las sanidades no fueron un alivio momentáneo.

"He hablado con los tres esta semana", dice Long, "y las tres sanidades siguen en pie".

Patterson y Medlin, cuando se les preguntó, confirmaron con cierta alegría y sorpresa, que durante las entrevistas telefónicas para esta historia estaban escuchando con sus oídos derechos — y recientemente sanados —, algo que no habían podido hacer durante muchos años, mientras que Malloy no tenía problemas para escuchar por teléfono. Los tres también han descubierto que necesitan reducir el volumen de sus televisores y Patterson admite con una risa que ha tenido un poco de problemas para dormirse por las noches porque ahora puede oír crujidos y grietas que antes no podía oír.

"Sólo he ido a la iglesia del pastor Paul desde el primero de agosto", dice Patterson., "Y le dije en ese entonces que realmente creo que Dios va a hacer algo especial a través de esta iglesia, por eso me trajo aquí, y quiero ser parte de eso... y creo que esto es solo el comienzo".

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