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A prueba de batallones

El única mujer capellana en la Academia Naval de los EUA cumple con su llamado al ministerio.

Desde que la teniente Holly C. Short tenía 3 años de edad, ella quería ser marinero. Por lo menos quería usar el uniforme de marinero. Tres décadas después, Dios cumplió ese deseo a su tierna edad cuando Short se puso el uniforme de marinero trabajando como capellana de la marina de guerra de los Estados Unidos.

"Aún cuando era más pequeña y quería vestirme de camuflaje, nunca pensé que ocurriría hasta que me hallé dentro del ejército que tal vez Dios propició esto para mí," dice Short, 37, una oficial calificada de la Marina de Flota.

Short no planeaba entrar al ejército, mucho menos al ministerio, hasta su segundo año en la Universidad de Clemson. Durante un evento de la Fraternidad de Atletas Cristianos al cual ella asistió, el orador mencionó que alguien en la audiencia podría ser llamada al ministerio a tiempo completo.

"Tan pronto como él dijo eso, pude sentir la presencia del Señor sobre mí y yo supe que,Eso era todo," dice Short.

Stephen Chitty, pastor de Iglesia Vida Cristiana en Columbia, Carolina del Sur, que fue pastor de Short por 12 años y sigue siendo su mentor, no se sorprendió de ello.

"Incluso desde sus primeros años, ella fue siempre diligente al buscar a Dios," dice Chitty. "Siempre tuvo un cariño particular por las Escrituras, pero también tuvo un instinto pastoral en la manera de cuidar y animar a otros en la fe."

Para el siguiente semestre, Short dejó su especialización de ingeniería y se transfirió a la Universidad Southeastern, la escuela de las Asambleas de Dios en Lakeland, Florida. Ella obtuvo una licenciatura en ministerio pastoral y ministerio juvenil, luego continuó con su Maestría en Divinidades del Seminario Teológico Fuller con la intención de convertirse en pastora.

Antes de que se graduara, un amigo le mencionó que debía considerar la Capellanía de la Armada de los Estados Unidos. El solo pensarlo la intrigó y cuanto más oró, más comprendió que Dios la había llamado a tal búsqueda. Ella se enroló y comenzó un entrenamiento extensivo. Poco antes de comisionarla en el 2013, las AD la ordenó a Short. Poco después, recibió la aprobación de la Comisión de Capellanes de las Asambleas de Dios para servir como capellana de las Misiones Domésticas de los EUA.

"Pusieron una estola a mi alrededor y oraron por mí y fue entonces cuando supe que esto era para lo que el Señor me había llamado desde que tenía 18 años", dice ella. "No me había percatado de ello hasta ese momento."

Short viajó dos veces con el Batallón 133 de la Construcción Móvil de la Naval yendo por toda Europa, África y Asia. Ella forjó relaciones mientras las tropas se daban cuenta de su cuidado y preocupación.

Tres años después, en 2016, ella salió otra vez al extranjero luego de transferirse al Batallón 15 de Logística de Combate de la naval.

"Ella se relaciona y se motiva al conocer a todo el personal que apoya," dice el teniente coronel Jamey Stover, su antiguo comandante de CLB-15 en Camp Pendleton, California. "Construyó la confianza fácilmente. Es una mujer de gran integridad".

Sin embargo otra reasignación vino en noviembre del 2018, esta vez para servir como capellana del Primer Batallón de la Academia Naval de los EUA en Annapolis, Maryland. Ella es la única mujer de nueve capellanes, y es la única capellana de las AD. Short predica, lidera servicios múltiples y ofrece visión espiritual y orientación en todos los rangos militares.

Short cree que su soltería la ha ayudado en su trabajo, ya que le permite mayor libertad para involucrarse con los que están sirviendo al lado de ella. Pero ella admite que existen desafíos. Cada vez que se le reasigna, ella construye su comunidad de una manera más intencionada.

"También tengo que tener cuidado de prestar atención a mis cuidados personales", dice. "De lo contrario, podría permanecer toda la noche en mi oficina enfocada en mi trabajo."

A pesar de la agitada y desapercibida vida militar; Short se siente contenta.

"Se trata de ayudar a la gente", dice ella con su voz llena de emoción. "Hay momentos sagrados con infantes de marina o marineros que son completamente diferentes a mí. La cosa más grande es atender a estas personas y ser parte de del espectáculo que Dios realiza en sus vidas."