El Centro de Ensueño resuelve la crisis de frente
En 1994, Matthew Barnett, que entonces tenía 20 años, tomó el timón de una pequeña iglesia filipina de las Asambleas de Dios en el centro de Los Ángeles. Para conectarse con el vecindario, colocó su escritorio en la acera y compró alimentos con su propio dinero para regalárselas a las familias locales.
"Tenía una pequeña tienda sobre mi escritorio y regalaba cosas a una docena de personas por semana en la comunidad," recuerda Barnett. "Ahí es donde comenzó."
Veintiséis años después, el Centro de Ensueño Los Angeles, que se ha convertido en uno de los ministerios más conocidos y emulados en el mundo, está alimentando a los pobres de Los Ángeles durante la crisis del COVID-19, — y Barnett dice que se siente como volver a empezar.
"Me ha traído de nuevo al primer día de ministerio en Los Ángeles," dice.
El Centro normalmente sirve comidas y entrega alimentos a miles de personas por semana, pero con la ciudad de Los Ángeles encerrada, el ministerio, ubicado en un prominente y antiguo hospital junto a la autopista 101, se ha saturado. Durante 11 horas al día, siete días a la semana desde mediados de marzo, una línea de vehículos ha pasado por el estacionamiento del Centro de Ensueños para que los conductores reciban comidas calientes, fruta fresca, pizzas, comidas Chick-fil-A, salchichas, sándwiches de barbacoa, y más, de los voluntarios que usan máscaras faciales y mantienen la mayor distancia posible. Entregan la comida a través de las ventanillas de los autos, chocan sus "manos en el aire" y saludan a los autos.
"Tenemos un gran ejército y un sistema para producir muchas cosas, pero este es el siguiente nivel," dice Barnett.
El Centro está alimentando a unas 7,000 personas por día en un momento crítico cuando las escuelas públicas de Los Ángeles —proveedores de dos comidas al día para muchos estudiantes— han cerrado. El ministerio normalmente sirve 1,000 comidas al día. Sus trabajadores de cocina, que son hombres de sus programas de rehabilitación, ya tenían sus licencias para manejar alimentos.
El Centro lideró el camino entre las mega iglesias que entraron en línea con los servicios al inicio de la crisis. Su reunión del jueves por la noche en el Templo Angelus es una de las más populares, pero cuando Barnett escuchó a los líderes de la ciudad hablar sobre el cierre de la ciudad y sintió que el miedo aumentaría en la comunidad, él y el equipo de la iglesia quisieron adelantarse.
"A veces el evangelismo es cooperación," dice.
El 12 de marzo, Barnett predicó a una cámara de video en un vacío Templo Angelus. El 16 de marzo, el Centro comenzó a dar comida caliente a todos los que vendrían. La demanda fue alta, y los representantes de la iglesia vieron a un tipo diferente de personas acudir en busca de ayuda, no solo aquellos en pobreza persistente, sino también personas que habían perdido sus empleos.
“Obviamente, los más pobres de todos los pobres están atravesando esa línea, pero algunos dicen: Me acaban de despedir. Estoy muerto de miedo. Nunca pensé que estaría en una situación como esta,” relata Barnett. "Todos están tratando de ahorrar un poco de dinero."
A mediados de semana, el volumen de los automóviles "se estaba volviendo un poco aterrador," dice Barnett. "La gente aparecía sin parar."
Las oleadas siguieron a los ciclos y anuncios de noticia y se hicieron difíciles de predecir. Pero las donaciones — también difíciles de pronosticar — vinieron de lugares inesperados. Las tiendas y restaurantes que cerraron temporalmente ofrecían grandes cantidades de alimentos. Varios restaurantes locales de Chick-fil-A enviaron 1,800 sándwiches de pollo a la semana. Un puesto de salchichas ofreció 2,500 salchichas. El rapero cristiano Kanye West envió una donación, al igual que la actriz y productora Roma Downey, y los jugadores de los Dodgers de Los Ángeles Clayton Kershaw y Justin Turner. Turner compró alimentos a precio regular de los restaurantes locales, que se limitan al servicio de comida para llevar, y los donó todos al Centro, que está localizado cerca del estadio de los Dodger.
Barnett dice que Centro ha recibido donaciones de blogueros de moda, YouTubers populares y muchos que no son cristianos.
"La compasión proviene de lugares que nunca hemos visto antes," dice. “Por lo general, recibimos mucho apoyo de la iglesia, pero las iglesias están pasando por sus propios armagedones en este momento. Luchan por sobrevivir, como todos nosotros. Nuestro apoyo proviene más de la comunidad local de Los Ángeles y de lugares extraños que nunca hubiéramos esperado.”
De hecho, todos los viajes misioneros a corto plazo hacia el Centro de Ensueños, que son una fuente de ingresos para el ministerio, se han cancelado, dejando un vacío en el presupuesto que será necesario completar. También las invitaciones para predicar que generan ingresos para Matthew y su padre, Tommy, cofundador del Centro han sido canceladas.
El brote ha conllevado a reescribir las reglas del compromiso ministerial en un tiempo de "aislamiento social."
"No podemos tener grandes cantidades de voluntarios, lo que hace que sea difícil," dice Matthew. “Tenemos que tener un grupo más pequeño para ejecutar el plan debido a la reglas de aforo. Nadie puede permanecer en el campus, por lo que movemos los autos muy rápido. No es un trato súper personal a como estábamos acostumbrados. La resistencia de nuestra gente ha sido extraordinaria."
Hay una gran demanda de pañales, y el Centro, con la ayuda de Downey en particular, está regalando miles de paquetes por semana.
Sin embargo, cada 30 minutos más o menos, alguien pasa por la línea para hacer una donación, y no para recibir artículos.
"Tenemos gente que aparece trayendo panes, pasta, alimentos enlatados, leche, frijoles," dice Barnett. "Es increíble."
El Centro alienta a las personas necesitadas a pasar por la línea tres veces al día para recibir comida caliente.
"Queremos que las familias ahorren dinero durante este tiempo porque sabemos que se avecina el otro," dice Barnett. “Mucha gente se despertará en un par de semanas ante la realidad de que tendrán que ser despedidos. Creo que lo más duro aún no ha llegado."
Barnett está en contacto regular con el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti y Mitch O'Farrell, el miembro del consejo local que ha venido varias veces a repartir comida.
“Nuestro concejal y alcalde siguen diciendo: 'No cierres, pase lo que pase. Definitivamente eres un servicio esencial,'” dice Barnett. "Tenemos que escuchar el ciclo de noticias en un oído y responder a la necesidad con el otro."
A nivel personal, un ministerio imparable en una ciudad en cuarentena ha sido agotador. A Barnett le ha resultado difícil como padre pasar tiempo con sus dos hijos.
"Es muy desafiante desconectarme cuando llego a casa," dice Barnett. "Les pedí a mis hijos que me perdonaran por adelantado."
Los Angeles Times publicó recientemente una foto grande de un voluntario del Centro de Ensueño que atendía a una familia en su automóvil, y la cuenta de Instagram de Barnett rebosa de múltiples videos por día donde muestran lo que está sucediendo allí. Mientras daba una entrevista, Barnett recibió un texto que decía que un camión de Convoy de Esperanza acababa de llegar con 30,000 libras de alimentos.
"Ese tipo de cosas nos hace creer que podemos sobrevivir," dice Barnett. Se compromete a que el Centro de Ensueño operará diariamente hasta el final del año escolar.
"La mentalidad de nuestra iglesia es ser 24/7," dice Barnett. “La mitad de la batalla es estar disponible. Hay un cierto tipo de confianza que la comunidad tiene cuando sigue viendo a la iglesia allí.”