La iglesia local como agencia para enviar a las misiones
«Las iglesias locales son el semillero donde las nuevas generaciones de jóvenes responden al llamado de Dios a ser misioneros». --John Easter
El director ejecutivo de AGWM, John Easter, siente pasión por capacitar a la iglesia local como una agencia para el envío a las misiones. Él cree que, como seguidores de Jesús, hemos experimentado el resultado del envío de Jesús: nuestra salvación. Easter dice: «Ahora, el Dios Trino nos está enviando a nosotros, a su Iglesia, al mundo».El momento de Antioquía en Hechos 13 ilustra la actividad de como Dios envía a través de la iglesia local. Vemos la pasión de la iglesia de Antioquía al evangelizar a su propia comunidad. La iglesia crecía. La gente de Antioquía venía a Cristo. El Espíritu Santo los injertaba en el cuerpo de Cristo, la iglesia los discipulaba, y estos nuevos creyentes crecían en Cristo.
Según Easter, «a pesar de todo, en medio de este mover de Dios, el Espíritu Santo tenía un mensaje para la iglesia».
Lucas escribió: «"Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado"» (Hechos 13:2).
Para entender la importancia de este momento, Easter explica: «El Espíritu Santo no solo habló a Bernabé y Saulo. El Espíritu Santo habló a toda la iglesia. Quería que toda la iglesia reconociera que tenía un alcance limitado y que debía asociarse con Dios en su naturaleza para enviar y su actividad más allá de la comunidad local. Para lograrlo, el Espíritu les instruyó que enviaran representantes de dentro de su iglesia para cruzar las fronteras geográficas, lingüísticas y culturales para asegurarse de que plantaran iglesias con éxito en otros lugares».
A través del mensaje de Dios por medio de su Espíritu, la iglesia de Antioquía reconoció que parte del plan redentor de Dios era enviar a los creyentes a donde Cristo aún no ha sido proclamado. El mensaje del Espíritu aseguró que otras personas fuera de Antioquía también escucharan el evangelio. Dios estaba preparando a su Iglesia para establecer la Iglesia en áreas que aún no habían escuchado el evangelio.
Dios escogió a Bernabé y a Pablo para que fueran los misioneros transculturales «para la obra a que los he llamado». Entonces el nombramiento de Pablo y Bernabé en Antioquía, se convierte en un modelo para que entendamos cómo la Iglesia de hoy participa en el envío de obreros globales por parte de Dios a todos los pueblos.
El modelo de Dios para enviar misioneros transculturales, entonces, es un modelo bíblico del Nuevo Testamento de cómo la iglesia local participa en la naturaleza para enviar y la actividad de Dios.
Según Easter, «las iglesias locales son el semillero donde las nuevas generaciones de jóvenes responden al llamado de Dios a ser misioneros. Dios está llamando a la iglesia local a enviar a sus hijos e hijas a misiones interculturales. La iglesia local es el alma que lo hace posible. Las ofrendas y las oraciones son la columna vertebral de lo que hacemos».
Como comunidad que envía, las iglesias locales deben comprender su responsabilidad de continuar el mandato que Dios ha puesto sobre los hombros de la Iglesia.
A menudo Dios llama a los jóvenes a las misiones en campamentos o convenciones de jóvenes. Los pastores y las iglesias necesitan cultivar y nutrir ese llamado a ayudar a estos jóvenes a ser todo lo que Dios ha preparado para ellos.
Además, hay personas en nuestras iglesias que tienen dones únicos que Dios puede usar para edificar la Iglesia. Hay muchas oportunidades de misiones a corto plazo en las que pueden participar. La iglesia se convierte en una agencia para enviar a medida que libera a las personas a quienes Dios ha llamado para un ministerio transcultural.
Cuando cada iglesia local comprenda el privilegio único y especial que tiene de obedecer la naturaleza y la actividad de Dios de enviar, se posicionará para ser eficaz en participar en la actividad de enviar de Dios. Las iglesias locales crearán un ambiente para que el Espíritu Santo hable.
A medida que una iglesia participa en lo que Dios la ha llamado a hacer, esta ayuda a asegurar que todas las personas en todas partes tengan acceso al evangelio. Esto incluye a aquellos que están fuera de nuestras fronteras geográficas, fuera de nuestra cultura, quienes son de otros grupos lingüísticos y quienes pertenecen a grupos étnicos distintos.
Continuaremos fomentando esta relación de mentoría entre los enviados y los que envían hasta que Jesús venga. El hecho de que las iglesias locales no participen en el envío impide que sus miembros participen en la actividad divina de Dios. Si estas iglesias no participan en el envío de personas en su iglesia como respuesta al llamado al ministerio transcultural, solo participan en parte del plan redentor de Dios. Cada iglesia local debe hacer tanto evangelismo local como misiones globales.
AGWM alienta a todas las iglesias de las Asambleas de Dios a evaluar y fortalecer su programa misionero. No podemos cumplir la misión de Dios de salvar a los perdidos sin la ayuda de cada una de nuestras iglesias.
Este artículo apareció originalmente en Worldview Magazine, Vol. 10, Número 1. Usado con permiso.