La urgencia de Tyranny
La ex-drogadicta Tyranny June Osborne está ansiosa de contarles a otros sobre cómo Jesús la saco del pozo. A pesar de toda una vida de trauma, Osborne cree que tiene mucho por qué estar agradecida.
La forma articulada en la que se expresa Osborne desmiente el hecho de que dejó la escuela a los 13 años. Pero su comienzo desfavorable comenzó mucho antes, cuando su padre le puso su nombre basado en un álbum de Blue Oyster Cult: Tyranny and Mutilation. El disco contenía canciones como "O.D.'d on Life Itself" y "Hot Rails to Hell."
Ella dice que un familiar lejano comenzó a abusar de ella a los 6 años. Después de que sus rencillosos padres se divorciaran, Tyranny se convirtió en una niña supervisada en la escuela todo el día en Spokane, Washington, con su madre trabajando día y noche para mantener a la familia, que incluía a su hermano mayor, Michael. A las 8, la niña comenzó a fumar cigarrillos y marihuana. A beber alcohol y empezó a usar LSD un año después.
"Las drogas estaban presentes y las usé para escapar de la realidad de mi fracturada familia," dice Tyranny. También tuvo su primer encuentro con la policía a los 9, después de destrozar el buzón de un vecino.
"Me metí en muchos problemas a causa de mi rebeldía," dice ella. "No tenía dirección."
A los 13 años, Tyranny se mudó con una tía, pero rápidamente comenzó en el hábito de usar la metanfetamina y abandonó la escuela. Dio a luz a su primer hijo tres días antes de cumplir 17 años. Los medicamentos recetados para el dolor que le recetaron en el hospital después del parto dieron como resultado otra adicción. Tuvo su segundo hijo 16 días después de cumplir 19 años.
"Seguí envolviéndome con drogas más fuertes," dice ella. Cuando ya no pudo obtener acceso a Oxycontin y Oxycodone, recurrió a la heroína a sus 25 años.
Osborne se separó del padre de sus hijos, renunció a la custodia de sus hijos otorgándosela a su madre y continuó en ciclos de relaciones tóxicas con diferentes hombres. A cambio de heroína, actuó en películas pornográficas.
En una ocasión se inyectó demasiada heroína por vía intravenosa, se puso azul y se desmayó en una residencia hipotecada sin electricidad. Una mujer intoxicada que también consumía drogas en la casa llamó al 911 y realizó la reanimación boca a boca. Osborne no tuvo pulso por ocho minutos antes de que llegaran los paramédicos, pero no sufrió algún daño cerebral.
Sin hogar, a los 27 años, recurrió a una vida de prostitución en las calles, en la misma área donde el asesino en serie Robert Lee Yates había asesinado a más de dos docenas de prostitutas en Spokane. En su desesperación, Osborne huyó a Challis, Idaho, para vivir con su madre, Cheryl Ballou. Sin embargo, no abandonó su capricho. De hecho, se convirtió en una vendedora de drogas lucrativa, vendiendo metanfetamina, morfina y suboxone a través de sus conexiones en Spokane.
Luego, en una entrevista televisiva que vio del mariscal de campo de la NFL, Russell Wilson, justo antes de que los Seattle Seahawks ganaran el Super Bowl en el 2014 cambió su vida. Wilson contó cómo su relación con Jesucristo significaba más de lo que el fútbol podría significar para él.
"Sabía que tenía que tener esa relación," recuerda Osborne.
UNA ACCIÓN HACIA LA RECUPERACIÓN
A través de una amiga de Facebook encontró el Centro de Recuperación Shalom en Hot Springs, Arkansas. Pero su comportamiento rebelde y altivo no había disminuido. Se negó a lavar los platos como parte del programa de desintoxicación y se encontró de nuevo en la calle, esta vez en un área donde no conocía a nadie.
Osborne llenó una jeringa llena de morfina — lo suficiente para matarla — y se preparó para inyectarse. La policía la detuvo en la calle, la llevó a la cárcel y la acusó de posesión de una sustancia controlada, un delito grave de clase D.
La voluntaria de la iglesia, Dee Michau, invitó a la encarcelada y suicida Osborne a un servicio en las instalaciones, prometiéndole que habría dulces para ella. Osborne fue por las golosinas y escuchó a los participantes que cantaban "Yo volaré" durante la reunión.
"Pensé que era ridículo porque claramente los encarcelados no vuelan a ninguna parte," recuerda Osborne. Sin embargo, permitió que Michau orara por ella.
De vuelta en su celda, Osborne dice que experimentó un encuentro transformador con el Señor y le entregó su vida. Comenzó a leer su Biblia diariamente durante su estancia en la cárcel de 18 días antes de ser enviada al Desafío Juvenil y de Adultos en Russellville. Aunque la endometriosis severa le impidió completar el programa de 13 meses, más tarde regresó al Centro de Recuperación Shalom en Hot Springs — con una mejor actitud — y se graduó. Luego vivió un año más en la Casa Transicional Shalom, donde dirigió las clases Celebra la Recuperación.
SILENCIANDO LAS MENTIRAS
Su mentora Julie E. Ballard le ayudó a Osborne a superar sus miedos y dudas. Osborne, mientras vivía en el hogar de transición, no conocía a Ballard cuando la escuchó predicar en un servicio religioso. Ballard, quien opera un ministerio evangelístico con sede en Beebe, Arkansas, dice que el Señor la dirigió proféticamente durante el mensaje para usar a Osborne como una ilustración del sermón, pegando etiquetas en su cuerpo que presentaban percepciones erróneas que Osborne tenía sobre sí misma.
"El enemigo siempre me dijo que no soy lo suficientemente inteligente, nunca seré más que una adicta a las drogas y una prostituta, soy una madre no apta, no estoy calificada para ministrar," admite Osborne.
Durante el sermón, Ballard la cubrió de etiquetas tan despectivas con otras nuevas que afirmaban el amor y la compasión de Dios por Osborne. Osborne comenzó a llorar. Ballard le dijo que Dios la había llamado al ministerio de tiempo completo.
"Julie me dijo que estaba limpia, ungida, elegida y era una conquistadora," recuerda Osborne.
Poco después de ese intercambio hace tres años, Osborne se mudó a su propia casa y recuperó la custodia de sus dos hijos, Kaidin, ahora de 17 años, y Gage, ahora de 15. Los muchachos, que aceptaron a Cristo como Salvador, habían vivido con la madre de Osborne durante muchos años. Tanto los padres como su hermano ahora son sobrios y cristianos.
La reclutadora de la Escuela de Misiones Urbanas Caitlin Sandage instó a Osborne a obtener su diploma de Desarrollo Educativo General. Osborne tomó la prueba y pasó a la edad de 32 años, silenciando permanentemente los mensajes negativos que habían estado girando en su cabeza durante años.
Se inscribió en el plantel de Hot Springs de SUM y ahora es una reclutadora y asesora de equipos para la escuela.
Mientras continua en su segundo año como estudiante de SUM, Osborne, de 34 años, también es directora del programa del Grupo Misionero Two12, un hogar de transición basado en la fe para mujeres que han completado un programa de abuso de sustancias.
"Dios es tan soberano," dice Osborne, quien está programada a graduarse con una licenciatura de SUM en el verano del 2021. "El tenía planes buenos y agradables para mi vida." Está agradecida de que su cuerpo no muestre signos reveladores de años de consumo de drogas.
Osborne y Ballard todavía hablan cada semana. Ballard, de 45 años, dice que su discípula ha aprendido a tomar críticas constructivas.
"Julie me da una fuerte dirección espiritual y habla a mi vida de una manera que nadie más puede," dice Osborne, quien conmemorará cinco años de sobriedad en mayo.
"Tyranny tiene un deseo tremendo de ayudar a otras personas, a crecer no solo en el Señor, sino también en las asignaturas de su vida," dice Ballard. "Ella es tan afilada como una tachuela."
Foto: Tyranny Osborne está agradecida por las relaciones restauradas que tiene con sus hijos, Kaidin (izquierda), y Gage (derecha).