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Sin confinamiento de lotería

A pesar de la pandemia, los gobiernos estatales consideran que las ventas de apuestas y los esquemas de mercadotecnia son esenciales para los ciudadanos en cuarentena.
Si bien durante los últimos meses se ha impedido a los estadounidenses a comer en restaurantes, asistir al cine y conciertos e incluso a ir de excursión a los parques, una actividad recreativa ha continuado sin cesar: comprar boletos de lotería.

Les Bernal cree que es irresponsable que los gobiernos estatales promuevan juegos de azar mientras los residentes están bajo el asedio económico.

"Los dólares de impuestos federales se envían a las familias estadounidenses con el fin de poner alimentos en la mesa, hacer pagos de alquiler o hipoteca, o prever otras necesidades diarias, no para subsidiar las loterías estatales," dice Bernal, director nacional de la organización sin fines de lucro Pare el Juego Depredador. "El que las loterías continúen funcionando cuando tantos ciudadanos están desesperados financieramente es como poner a Drácula a cargo del banco de sangre de la sala de emergencias."

El 20 de abril, Bernal, quien tiene su sede en Washington, DC, envió cartas a los gobernadores y fiscales generales de los 45 estados que venden boletos de lotería. Buscó una interrupción inmediata de los juegos de lotería hasta que la crisis financiera causada por el nuevo coronavirus haya pasado. Hasta el momento no ha recibido ninguna respuesta oficial.

"Desde una perspectiva de salud pública, no hay duda que las loterías deben de estar cerradas," dice Bernal a Noticias AD.

Aunque los casinos de todo el país han estado cerrados desde mediados de marzo, los boletos de lotería todavía se venden en negocios considerados esenciales para la economía: principalmente tiendas de conveniencia de gasolina y supermercados. Incluso, con millones de personas arrojadas al desempleo, Bernal señala que numerosas loterías estatales continúan comercializando fuertemente sus juegos.

"La forma más lucrativa de los juegos de azar para los gobiernos estatales, en lo que respecta a las loterías, son los boletos que deben rascarse," dice Bernal, de 50 años.

Texas es uno de los pocos estados transparentes sobre las cifras de ventas. Establecido en Austin, Rob D. Kohler, un consultor sobre temas de juego para laComisión de Vida Cristiana, dice que las últimas dos semanas de abril marcaron la segunda y tercera mayor venta de boletos instantáneos de la historia en 28 años de Lotería de Texas.

"La lotería hace dinero con los boletos que se deben rascar," dice Kohler, quien trabajó para la Lotería de Texas durante sus primeros 12 años. “La mayor parte son compras impulsivas de personas que buscan gratificación inmediata. Ahora en las tiendas de conveniencia se han convertido en el producto mas caro."

Si bien todavía se venden rascadores de $1, también se venden billetes de $15, $20, $25, $30, y $50. Muchas tiendas de conveniencia también cobran cheques, y no es poco común que las personas gasten una parte de su salario cada semana en boletos de lotería al mismo tiempo, según Kohler de 51 años.

Kohler señala que en una semana reciente, $118 millones de los $139 millones en ventas de lotería en Texas vinieron de billetes para rascar.

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David R. Just, profesor de ciencias y negocios de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, dice que la pandemia podría provocar a que los individuos con dificultades fiscales gasten más dinero en juegos de azar — a pesar de las minúsculas probabilidades para ganar.

"Aquellos que acaban de perder un trabajo, o a quienes les han disminuido sus ingresos debido a un recorte de salario o despido, pueden ser más propensos a correr más riesgos," dice Just. "Cuando las personas sienten que han perdido algo, a veces buscan riesgos porque piensan que esta representa una mejor esperanza para volver a donde estaban."

Con los casinos cerrados y las apuestas deportivas suspendidas debido a la falta de competencias deportivas, Just espera ver un repunte tanto en las ventas de boletos de lotería como en las actividades de juego en línea, especialmente para aquellos aislados en casa y sin empleo.

"Si las personas tienen alguna inclinación al juego, pueden ser compulsivos cuanto más tiempo tengan para pensarlo," dice Just, de 45 años. Desde sus viviendas, las personas pueden acceder a los juegos de póquer en Internet, lo que Just dice que son básicamente casinos en línea que permanecen sin ser impactados por el COVID-19. Media docena de estados (Pensilvania, Michigan, Georgia, Illinois, Nuevo Hampshire y Kentucky) venden boletos de lotería en línea.

"Los estados han comenzado a ofrecer juegos de lotería en línea," dice Bernal. "En realidad es una versión de una máquina traga monedas en línea sin llamarla así."

Bernal, Just y Kohler dicen que el juego tiene un costo desproporcionado para los pobres y menos educados. Bernal señala que el Informe sobre Loterías Estatales 2020 del Programa Pare el Juego Depredador mostró que antes del golpe del coronavirus, el 60 por ciento de los estadounidenses tenía menos de $1,000 en ahorros. El estudio encontró que los jugadores de lotería que ganaban menos de $30,000 anualmente gastaban un 13 por ciento de sus ingresos en boletos de lotería.

Con el desempleo llegando a su punto más alto desde la Gran Depresión, Bernal cree que habrá más ciudadanos con problemas financieros.

Las Asambleas de Dios sostienen que el juego es incorrecto por múltiples razones. La Asociación Nacional de Evangélicos, de la cual las AD es miembro, también declara que cualquier forma de juego es inapropiada.

John W. Kennedy

John W. Kennedy se desempeñó como editor de noticias de AG News desde sus inicios en 2014 hasta su jubilación en 2023. Anteriormente pasó 15 años como editor de noticias del Pentecostal Evangel y siete años como editor de noticias en Christianity Today.