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Una teología práctica sobre los huérfanos

El profesor de la Universidad Southeastern supervisa un hogar de transición para chicos que cumplen el limite de edad en el cuidado de adopción.

Cuando Joseph H. Davis, profesor de teología de la Universidad Southeastern (SEU), habló por primera vez con la junta directiva de Anchor House, un hogar de acogida para chicos en Auburndale, Florida, le dijo a los directores que tendría dos prioridades si lo nombraban director ejecutivo: gastar todo el dinero del ministerio para actualizar la propiedad y abrir un hogar de adopción para chicos que cumplen el límite de edad para chicos en cuidado de adopción.

Davis, un ministro ordenado de las Asambleas de Dios, mantuvo su palabra. Mejoró las residencias de Anchor House para crear un hogar más cómodo y acogedor para quienes vivían allí. Los donantes lo notaron y las contribuciones para ayudar al programa se duplicaron.

También siguió su plan para crear un hogar para los residentes que antes no tenían lugar para ir después de alcanzar la edad adulta.

“No sabía por qué haríamos todo el trabajo de Anchor House si simplemente pondríamos a poner a los chicos en las calles cuando cumplieran 18 años,” dice Davis.

Davis, de 62 años, conocía muy bien las estadísticas de aquellos que cumplen el limite de edad para chicos en cuidado tutelar:

● El 20% se queda sin hogar de forma instantánea;
● Solo el 50% tendrá algún tipo de empleo remunerado a los 24 años;
● Menos del 3% obtendrá un título universitario;
● El 50% desarrollará una dependencia de sustancias;
● El 25% ingresará a prisión dentro de los dos años posteriores a la emancipación.

Antes de los esfuerzos de Davis, cuando los chicos cumplían 18 años mientras estaban bajo el cuidado de Anchor House, iban a refugios para personas sin hogar o viviendas para personas de bajos ingresos.

Con la ayuda de donantes generosos, Davis supervisó la compra de una casa de transición para los jóvenes que tenían la edad limite para estar en Anchor House. Cuando los primeros cinco jóvenes entraron en el hogar, solo uno tenía un diploma de escuela secundaria o un diploma general de desarrollo educativo. Después de dos años en el programa, los cinco habían ingresado a la universidad.

Davis, quien tiene un doctorado en apologética, originalmente pensó que los adolescentes querrían quedarse solo por tres a cuatro meses. Pero decidieron quedarse en la casa por mucho más tiempo — incluso con las reglas y con el toque de queda — porque experimentaban una sensación de logro en un entorno seguro y de apoyo.

“Tenían algo que nunca antes habían tenido: una casa — una casa normal, no un dormitorio,” dice Davis.

“La moral en el personal aumentó dramáticamente, pero lo más importante es que los jóvenes comenzaron a cambiar con una nueva esperanza,” dice Charles Gaulden, partidario de Anchor House, profesor de Antiguo Testamento en SEU.

Debido al éxito del programa, los donantes han dado un paso adelante para ayudar a proporcionar dos residencias más para los que están en transición a la edad adulta. Davis cree que la ubicación de las casas influye en los logros del programa.

"Encontrábamos barrios estupendos con casas que necesitaban mucho trabajo," dice Davis. "Reducimos la tentación al colocar a estos jóvenes en buenos ambientes."

Una de las ubicaciones recientes de Anchor House es un hogar de transición para las mujeres. El ministerio siguió la misma fórmula, operando una casa en una excelente ubicación atendida por personas bondadosas llamadas a la misión.

“La gente nos decía que habíamos perdido la cabeza, que era mucho más difícil trabajar con las chicas que con los chicos,” dice Davis. “No hemos visto que esas predicciones sean ciertas. En los últimos dos años, nuestras jovencitas han obtenido resultados tan buenos como los de los chicos y se han graduado a un ritmo igual o superior al de los jovencitos."

En los últimos seis años del programa, los resultados han superado las expectativas. Solo el 14% de las 50 personas admitidas a los hogares de transición tenían un Diploma de Educación General o de escuela secundaria. Sin embargo, después de un año en una casa de transición, más del 92% se han graduado o han obtenido un Diploma de Educación General. En un plazo de dos años, la mitad ha entrado a la universidad.

"El Dr. Davis ha demostrado constantemente un liderazgo auténtico y sabio," dice Gaulden, de 65 años. “Anchor House es uno de los hogares para niños más respetados de Florida."

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