Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad para proveerte una mejor experiencia en línea.
Revisar

Un regalo sanador para el pastor

Andy Kaup dona riñón a su colega Walt Hooker en Nebraska.

Walt M. Hooker no obtuvo el trabajo de pastor principal del Centro Cristiano Bellevue (BCC).

Pero el hombre de Nebraska está recibiendo mucho más de lo que esperaba.

Está ganando una segunda oportunidad de vivir una vida más sana, con una donación de riñón de un candidato aparentemente improbable — el hombre que consiguió el trabajo.

Hooker y su esposa, Melba, entregaron sus vidas a Dios a principios de la década de 1980 y sintieron el llamado de Dios al ministerio unos años después. Hooker se desempeñó como Mayor en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Cuando se retiró del ejército en 1994, después de 15 años, se convirtió en miembro del personal pastoral de BCC. Bellevue es una ciudad de 64,176 habitantes al sur de Omaha.

Después de que el pastor principal Gary L. Hoyt anunciara sus planes para retirarse en el 2019, Hooker presentó su nombre para el puesto.

"Para mucha gente de la iglesia, se daba por hecho que yo iba a ser el próximo pastor, porque era el asociado principal," dice Hooker.

Al mismo tiempo, Andy J. Kaup y su esposa, Michelle, oraron y sintieron que Dios lo guiaba a presentar su nombre.

Kaup tenía 5 años cuando su familia comenzó a asistir a BCC, que ahora tiene 830 asistentes regulares. Sirvió en el ministerio juvenil, luego se convirtió en miembro del personal pastoral en 2017, trabajando con adultos jóvenes y grupos pequeños. En el otoño de 2019, la junta de la iglesia recomendó que Kaup fuera seleccionado como la persona elegida por la congregación y ser el nuevo pastor principal.

"La primera persona en llamarme para felicitarme fue el pastor Hooker para decirme que estaba conmigo y no estaba solo en esto," dice Kaup.

Hooker cuenta su llamada de felicitación.

"El necesitaba saber que yo estaba con él como mi pastor," dice Hooker. Aunque Hooker había pasado un cuarto de siglo como pastor, decidió trabajar dondequiera que Dios lo colocara.

"Mi servicio no se basa en un cargo o un título," dice Hooker.

No todos pensaban lo mismo. Se desarrollaron riñas en la iglesia porque algunos pensaban que Hooker merecía la posición debido a su antigüedad. Él tiene 64 años, Kaup tiene 35. Además de los desafíos generacionales, Hooker es negro y Kaup es blanco.

"Realmente dividió nuestra iglesia," dice Hooker. "Varias personas que asistieron no querían servir bajo una dirección que consideraban que tenía prejuicios raciales o que quería promover a los jóvenes y no a los mayores."

Varios miembros desanimados de la iglesia, incluyendo algunos de los familiares de Hooker, se fueron.

"Fue un tiempo muy difícil en el ministerio," dice Hooker. "Fue la época más dura de mi vida, no por el cargo, sino por lo que causó en mi iglesia y mi familia."

Luego, en diciembre de 2020, Hooker que tenía una enfermedad preexistente contrajo el COVID-19. La medicina antiinflamatoria que Hooker tomó por un problema de cadera en el ejército lo había dejado con el 60-70% de función renal.

"El COVID se atascó en mis riñones y bajé a una función renal del 10%," dice Hooker. Fue a un hospital durante dos semanas y comenzó la diálisis.

Aunque se recuperó del coronavirus, los médicos suspendieron la diálisis para ver si sus riñones se recuperaban.

Sin embargo, para abril del 2021 sus riñones empezaron a deteriorarse de nuevo. En junio solicitó un trasplante de riñón y en julio comenzó la diálisis en casa.

Ese mes, Kaup preguntó sobre cómo convertirse en donante. Los pastores se dieron cuenta de que ambos tenían sangre del tipo O-positivo.

"Era tan improbable que mi jefe fuera compatible, pero en nuestros corazones esperábamos que fuera cierto," dice Hooker.

Los Kaups procesaron las preguntas sobre los posibles riesgos a largo plazo asociados a la donación de riñón y se enteraron de que tenía poco riesgo como donante. Consideraron la posibilidad de que uno de sus hijos — Micah, de 10 años; Ariana, de 8; o Isabella, de 6 —pudiera necesitar un riñón más adelante.

"Pero casi podríamos vivir toda nuestra vida con el juego del 'qué pasaría sí'," dice Kaup. "¿Y si no lo necesitan?"

¿Y si Dios llamo a Kaup a ser obediente y donar un riñón a Hooker?

Kaup dice que sabe que si es fiel al llamado de Dios, entonces Dios que ya ve el futuro se encargará de lo que está por venir.

Hace dos meses, Kaup se enteró de que él y Hooker eran compatibles.

La mayoría de los donantes y destinatarios no se conocen entre sí, pero en este raro caso a Kaup se le permitió decirle a Hooker que había sido aprobado como donante. Sus cirugías se realizarán el 2 de agosto en el Centro Médico de Nebraska en Omaha.

“Me quedé sin palabras,” dijo Hooker. "Lloramos y nos miramos unos a otros y no pudimos creer lo que Dios había hecho."

Primero compartieron la buena noticia con familiares y amigos personales. Dos domingos después, se lo comunicaron a la iglesia y más tarde publicó un vídeo.

"La habitación estaba llena de lágrimas y la gente lloraba," dice Hooker. "Que Dios me diera un donante y que ese donante fuera el pastor Andy, fue realmente sanador para nuestra iglesia, dado lo que habíamos pasado en los últimos dos años."

Hooker dice que Dios sabía que no abandonaría la iglesia y que el hombre contratado para el trabajo superior terminaría salvando su vida.

Kaup elogia a Hooker.

"Parte de este milagro es un testimonio de su carácter que eligió quedarse y apoyar a la iglesia y a mi," dice Kaup.

Mirando hacia el futuro, Hooker cita las palabras inspiradas por Dios de Chelena Perkins, quien dijo que la donación de riñón proporcionará la reconciliación de personas más jóvenes y mayores, así como de blancos y negros, sustituyendo la confianza por la desconfianza.

"Dios quería mostrar a la gente de la iglesia y a nuestra ciudad algo más grande, que racialmente podríamos ser uno," dice Hooker.

Kaup también señala a Dios como autor de la historia.

"No podríamos haber soñado con esto, incluso si los dos quisiéramos," dice Kaup. "Si quisiéramos forzar esto, no podríamos haberlo hecho."

Kaup cita las largas probabilidades contra ellos de tener los mismos tipos de sangre y tejido y otros componentes de una buena compatibilidad como donante y receptor

"Eso es algo que solo Dios podría haber hecho, especialmente para tener dos personas en el mismo lugar," dice Kaup. "Simplemente no sucede."