Naciones nórdicas: La próxima frontera del evangelio
Si se mencionan los países nórdicos del norte de Europa, es probable que le vengan a la mente hermosos paisajes, tecnología de punta y una usual economía floreciente. Pero hasta las naciones prósperas necesitan el amor y el poder salvador de Jesucristo, y esta región está preparada para un nuevo mover de Dios.
El director regional de Misiones Mundiales de las Asambleas de Dios en Europa , Larry Henderson , y el director del área de Europa del Norte, Stephen Wallace, señalan que las naciones nórdicas, compuestas por Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia, comparten el problema de la secularidad. Fuentes como Joshua Project muestran un porcentaje de mayoría cristiana en estos países, pero el número de evangélicos comprometidos de manera activa es mucho menor. Si bien los movimientos pentecostales en los países nórdicos tienen una rica historia de fe y misiones, el adormecimiento de la región hacia la religión ha tenido un impacto.
Wallace recuerda que a inicios de su ministerio en Helsinki, Finlandia, un guía turístico explicaba cómo una catedral local ahora solo se usaba para bodas y otras ocasiones similares, ya que la iglesia se había vuelto en gran medida irrelevante.
«La secularidad podría considerarse la religión predominante en la región», dice Wallace, «aunque las tradiciones y costumbres son profundas. No es raro escuchar en las graduaciones escolares canciones que contienen referencias a la fe cristiana ya que es tradición. Eso, sin embargo, está empezando a ser cuestionado».
«Hay un enfoque egocéntrico», agrega Henderson. «No es ateísmo, necesariamente. Es que la gente no considera a Dios relevante». Explica que hay una experiencia «conservadora legalista» nacida de trasfondos luteranos o católicos, pero pocos asisten realmente a la iglesia.
De todos modos, se están produciendo cambios, muchos de los cuales ocurren dentro de las comunidades de inmigrantes y en los campus universitarios.
Las naciones nórdicas son el hogar de muchos grupos de personas desplazadas debido a los conflictos que ocurren en todo el mundo. También son populares entre los estudiantes internacionales que buscan títulos avanzados en tecnología y los negocios.
Las congregaciones internacionales y amigas de la comunidad internacional tienen el potencial de tener un gran impacto entre estos grupos poblacionales. Aunque las ciudades más grandes albergan a más estudiantes, hasta las comunidades más pequeñas han recibido a muchos recién llegados, y las iglesias locales se han fortalecido según se acercan a estos grupos internacionales en crecimiento.
Dice Henderson que llegar a estas personas requiere relaciones auténticas.
«Oramos para que el Espíritu Santo muestre maneras efectivas de evangelizar», agrega. «A la gente no le impresiona la iglesia como espectáculo. Necesitan aprender que un encuentro real con Jesucristo da paz e identidad».
Debido a los pocos pastores en muchas comunidades, las naciones nórdicas presentan una oportunidad de oro para los misioneros, que se mudan al área para servir al formar parte de sus comunidades, acoger grupos pequeños, ayudar en la plantación de iglesias de habla inglesa y simplemente en la creación de amistades.
Jeremy y Lisbet Siebert están trabajando precisamente en eso. Después de pastorear una iglesia enfocada en las misiones en Oregón durante 15 años, Jeremy sintió un llamado inconfundible mientras oraba en una cumbre de pastores. Dios llamó al matrimonio a plantar una iglesia en Noruega. Durante una llamada telefónica, Henderson les informó que los líderes pentecostales en el país acababan de decirles a los líderes que necesitaban plantadores de iglesias, en especial aquellos dispuestos a llegar a los internacionales.
Lisbet es noruega, pero a pesar de sus antecedentes, los Siebert enfrentaron ajustes culturales. Su hijo de 21 años los ayuda con la plantación de la iglesia. Su hijo de 19 años ha regresado a los Estados Unidos para asistir a la universidad y su hijo de 12 años ha tenido que adaptarse a un nuevo entorno escolar. Además se han enfrentado a desafíos debido a la cultura secular.
«Noruega es un país muy próspero», dice Jeremy. «El sistema de bienestar social se ocupa de muchas cosas a las que, tradicionalmente, las iglesias se habrían dedicado. En vez de buscar ayuda en Dios o incluso en la iglesia, la gente acude al gobierno. Hasta las iglesias en Noruega reciben gran parte de su financiación del gobierno».
A pesar de estas desafiantes circunstancias, Jeremy enfatiza que Dios todavía obra a medida que estas personas hambrientas buscan significado y propósito.
Daniel Alm, superintendente general de Pingst, la Alianza Pentecostal Sueca para Iglesias Independientes, compartió recientemente con Wallace:
«En Suecia, estamos tratando de permanecer fieles al llamado y la misión dados el día de Pentecostés, en una cultura donde la secularidad parece ser la nueva religión y el individualismo también plantea desafíos a la iglesia. Pero esa situación también ofrece muchas oportunidades. La gente está sola y necesita a Dios».
En una reciente conferencia de pastores, 200 asistentes extranjeros se unieron a 650 pastores suecos. El movimiento sueco se alinea con esfuerzos más amplios, ora por esfuerzos renovados en la plantación de iglesias y por más líderes. Los pentecostales suecos se han unido a movimientos hermanos nórdicos para formar la Fraternidad Nórdica Pentecostal, para abordar temas clave de liderazgo, plantación de iglesias y participación social.
Øystein Gjerme, líder del Movimiento Pentecostal Noruego (Pinsebevegelsen), también está entusiasmado con la unidad y colaboración entre los pentecostales en los países nórdicos. Los líderes noruegos ya envían misioneros a países de cuatro continentes y se están enfocando en los grupos no alcanzados y las misiones urbanas, así como en ayudar a los líderes de iglesias de inmigrantes en Noruega. Gjerme espera que la iglesia responda a estos desafíos mediante la creación de comunidades solidarias.
En todo Suecia y Noruega, las denominaciones pentecostales están dando pasos históricos hacia la unidad en su misión de ver a sus connacionales reconocer a Jesús como Señor. Wallace agrega que tener más obreros, incluso personas de los Estados Unidos, será un componente vital de estos esfuerzos renovados.
«En muchas naciones del mundo, no es raro que nuestros trabajadores se asocien con misioneros nórdicos», dice Wallace. «Oro que hagamos lo mismo aquí entre sus naciones en los días venideros. Aprecio la pasión de nuestros líderes nórdicos y la manera en que apoyan, aportan recursos y creen juntos. Necesitamos más obreros porque, por medio de los ojos de la fe, vemos avecinarse una cosecha a estos grandes países».
Este artículo apareció originalmente en la revistaWorldview . Usado con permiso.