Sin oración no hay poder
Las historias que inundan las noticias y circulan en las redes sociales dejan a muchos en la búsqueda de una salida al agujero moral en el que se encuentra Estados Unidos. Incluso dentro del cuerpo de Cristo, muchos tratan de corregir el clima cultural con mejores fórmulas, estrategias y planes para que crezca en número la iglesia.
Sin embargo, según Joe Oden, director nacional de Oración y Evangelismo de las Asambleas de Dios y director del Centro Mundial de Oración de las Asambleas de Dios, la respuesta no está en una buena apologética, un mejor ambiente o predicaciones dichas de manera más elocuente.
Según Oden, «Lo que Estados Unidos necesita, es un mover soberano de Dios que traiga convicción al corazón del hombre. Y eso solo se consigue a través de la oración».
Oden conoce de primera mano el poder de la oración. Después de que la corte le ordenara asistir a la iglesia como parte de una sentencia por su adicción a las drogas que controlaba su vida, Oden encontró a Jesús y Dios lo liberó de su adicción.
«Una vez que recibí el poder de Dios, supe que tenía que orar que las demás personas recibieran lo mismo de Dios», recuerda.
Desde entonces, la misión de la vida de Oden ha sido ver a otros ser rescatados, liberados y tocados por la presencia del Espíritu Santo.
«No tenía mucha formación en teología, pero sabía que había sido liberado por Dios de mi adicción y sabía que la oración haría lo mismo por los demás», dice.
El compromiso de Joe Oden de alcanzar a la nación con el poder de la oración llena del Espíritu nació cuando estaba sentado contra una cerca de alambre y oraba por aquellos que están atados a la agonía de la adicción y la actividad criminal.
Oden ha observado el declive de la oración en Estados Unidos durante su ministerio. En su observación, la oración no parece ser la prioridad que era en el pasado. Sin embargo, cree que «los vientos están empezando a soplar y los líderes y laicos de toda la nación están despertando una vez más al llamado de oración que esta hora necesita con tanto apremio».
«Hemos considerado el domingo como un tiempo de adoración y predicación y no habrá avivamiento, ni despertar, ni derramamiento del Espíritu Santo hasta que regresemos a la práctica de la oración constante».
Oden señala que en los días de la iglesia primitiva, la oración precedía a los milagros, y la vida del apóstol Pedro resalta este patrón a lo largo de todo el libro de los Hechos. Uno puede observar que el día de Pentecostés, el milagro del hombre cojo en Hechos 3, la sombra de Pedro que sanó a los enfermos en Hechos 5, y el bautismo en el Espíritu Santo de los gentiles en Hechos 10, están todos conectados con la entrega de Pedro a la oración. Él declara que incluso antes de que Jesús comenzara su ministerio terrenal, se comprometió a 40 días de ayuno y oración.
«No tenemos poder porque no oramos», comenta Oden, cuyo sueño en su papel de director del Centro Mundial de Oración es crear un horno de oración que avivará un fuego que se sentirá en todo el país.
En octubre de este año se realizará una próxima iniciativa que Oden y su equipo creen que Dios usará para hacer retroceder la oscuridad en Estados Unidos. Un evento de oración de cinco días, Awake America [Despertad América], se realizará con la cooperación de la Red de Ministerios POTOMAC en Washington DC. Él cree que eventos como este pueden derribar fortalezas espirituales y desencadenar un avivamiento en la nación.
«Cada avivamiento se remonta a un momento de oración y creemos que Dios lo hará de nuevo», comparte.