Una cosecha en un campo blanco

Duncan Chance, misionero estadounidense que trabaja con Chi Alpha Campus Ministries, señala que menos del 1% de la población mundial completa la educación universitaria.

«Pero ese 1 por ciento luego pasa a posiciones de poder», dice Chance. «Tenemos el mandato de evangelizar a quienes liderarán el mundo».

Cuando Chance comenzó la universidad se consideró un agnóstico firme, a pesar de crecer en un hogar cristiano. Durante su tiempo en la universidad, Chance conoció a un grupo de hombres en el campus que lo alentaron a asistir a un pequeño grupo con ellos. Debido al ministerio de este grupo, Chance volvió a dedicar su vida a Jesús y sintió el llamado a las misiones.

Chance pasó algunos años después de la universidad como personal voluntario de Chi Alpha, y luego hizo de una pasantía de un año. En 2009, se unió a un equipo de 10 personas que se mudaron a Colorado para ser pioneros en los programas Chi Alpha en el «estado centenario». Colorado tiene 28 universidades públicas, pero solo seis tienen programas activos de Chi Alpha. Chance inició un grupo Chi Alpha en la University of Northern Colorado (UNC) en Greeley durante los últimos cuatro años.

Cuando comenzó el grupo en la UNC, solo el 4% de los estudiantes en el campus se declararon seguidores de Jesús, con más de 11,500 estudiantes que afirmaron no tener conexión cristiana. Chance se dio cuenta de que él y su docena de compañeros tenían mucho trabajo por delante.

«Con frecuencia los campus universitarios son representados como bastiones fuera de control del secularismo», dice Chance. «La realidad es que los estudiantes están realmente hambrientos de la verdad y el significado de la vida». Muchos estudiantes con los que se reúne cursan estudios de títulos para encontrar un propósito en la vida. Cuando se gradúan, descubren que aún les falta algo.

«Constantemente le pedimos a Dios que nos guíe para evangelizar a los estudiantes correctos», dice Chance.

William era un estudiante de intercambio de Irlanda del Norte. Poco después de conocer a Chance y su equipo, William comenzó a asistir a un grupo pequeño de Chi Alpha, cuyos miembros se convirtieron en sus únicos amigos en el campus.

A través de su búsqueda de amistad, William entregó su vida a Cristo, se bautizó en agua y recibió el bautismo en el Espíritu Santo.

«Fue maravilloso ver el cambio en su vida», dice Chance. «Regresó a casa y participó mucho en la iglesia, inició un estudio bíblico y comenzó a llevar a otros a Cristo».

Aunque Chance siente un gran fervor por evangelizar a los estudiantes, también le apasiona capacitar a los estudiantes para que lleguen a sus compañeros.

«La persona más eficaz para evangelizar a un estudiante universitario es otro estudiante universitario», dice. Una manera en que Chance y su equipo motivan a los estudiantes a comenzar a discipular a través del liderazgo de grupos pequeños. Se anima a los estudiantes empezar a liderar un grupo pequeño y se les confía la responsabilidad de enseñar e invitar a otros estudiantes a unirse a su grupo.

Chi Alpha también fomenta la responsabilidad en los adultos jóvenes a través de una pasantía de misionero universitario en capacitación. La pasantía, disponible en 38 grupos Chi Alpha, es un programa intensivo de capacitación de 10 meses para estudiantes graduados que sienten un llamado al ministerio.

«El objetivo es preparar pasantes para enviarlos a ministrar en algún lugar del mundo», dice Chance. Además de aprender a recaudar un presupuesto, trabajar como personal de Chi Alpha y tomar clases teológicas y ministeriales aceleradas, el programa de pasantías prepara con rapidez a los estudiantes para que reciban su primer nivel de acreditación a través de las Asambleas de Dios.

Desde que iniciaron Chi Alpha en UNC en 2018, Chance y su equipo han visto a más de 30 estudiantes aceptar a Cristo y ser bautizados en agua.

«El objetivo final es reconciliar a estos estudiantes con Cristo», dice Duncan. «Queremos ver a más jóvenes llegar a conocer a Jesús y luego ir al mundo en una relación con el Salvador».