Una canción de Acción de gracias
Cantar la doxología nos ayuda a expresar agradecimiento a Dios por sus muchas bendiciones.
A Dios, el Padre celestial,al Hijo nuestro Redentor,
y al eterno Consolador, unidos todos alabad.
Amén.
«A Dios, el Padre celestial», conocido en muchos círculos cristianos como la Doxología, fue escrito por Thomas Ken en 1671. Desde entonces, más de 1000 himnarios la han publicado y se canta en iglesias de todo el mundo. Estoy bien familiarizado con él ya que la familia de mi esposa canta el himno antes de las comidas como una oración cuando nos reunimos los días festivos y en ocasiones especiales. Esta tradición es antigua, se remonta a cuando sus abuelos estaban vivos y guarda recuerdos especiales.
Cuando reflexiono sobre la letra de este antiguo himno, me sorprende su actualidad al acercarnos al Día de Acción de Gracias.
A Dios, el Padre celestial
Reconocemos que todo lo que somos y tenemos es sólo a través de la provisión de nuestro Señor.
«¿Qué tienen que Dios no les haya dado?» (1 Corintios 4:7).
«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza» (Santiago 1:17).
Ya sea que tengamos en abundancia o estemos enfrentando desafíos, debemos expresar agradecimiento a Dios por su cuidado y provisión.
Al Hijo nuestro Redentor
Todos los habitantes de la tierra se unen para declarar la gloria de Dios.
«Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría». (Salmo 19:1,2).
«Alabad a Jehová desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismo… La bestia y todo animal, reptiles y volátiles…» (Salmo 148:7, 10).
«Díganlo los redimidos de Jehová,…» (Salmo 107:2).
Y al eterno Consolador
Todas las criaturas y residentes del cielo también se unen para declarar su alabanza.
«Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2:13,14).
«Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; Se postraron rostro en tierra ante el trono y adoraron a Dios, diciendo: '¡Amén! La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!'» (Apocalipsis 7:11,12).
unidos todos alabad
Finalmente, adoramos a nuestro Dios santo y todopoderoso que es un solo Señor en tres personas.
«Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia». (Lucas 3:21,22).
«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.» (2 Corintios 13:14).
La doxología es útil para recordarnos que debemos unirnos a todos los habitantes de la tierra y del cielo para declarar la alabanza a Dios y expresar nuestra gratitud por sus muchas bendiciones.