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Dios restaura la vista de un pastor jubilado

Una luz de esperanza ante el COVID-19 en un centro de residencia asistida de Oklahoma.
Cuando el Centro de Residencia Asistida Chisholm Trail en Duncan, Oklahoma, cerró sus puertas a los visitantes a mediados de marzo debido al COVID-19, los residentes le preguntaron a Paul A. Beasley, de 62 años, si se haría cargo de una clase de escuela dominical.

El único problema del ministro jubilado de las AD: Poder leer las lecciones de la publicación trimestral Bautista que se usaba. En 2018, Beasley había sido diagnosticado con degeneración macular, la misma enfermedad ocular incurable que había causado ceguera en su madre, Margaret, antes de su muerte.

Aunque aceptó hacerlo, Beasley se preocupó por estudiar de antemano, porque no podía leer las lecciones o su Biblia tan bien. Es decir, hasta que el Espíritu Santo intervino unos días antes de su primera sesión.

"Oré y sentí que mi esposa (Karen) debía poner sus pulgares en mis ojos y orar," dice Beasley, cuya voz tiembla de emoción mientras comparte la historia. "Cuando terminó de orar, recogí el informe trimestral y pude leerlo perfectamente."

Beasley dice que tomó su Biblia, la sostuvo cerca como si fuera un bebé recién nacido y lloró.

"Esto me ha acercado más al Señor de lo que estaba," dice.

Karen, su esposa de 20 años, dice que aunque el milagro la sorprendió, ella sabía que Dios podía sanar la vista de su esposo. Karen, de 67 años, dice que la respuesta inmediata fortaleció su fe — y la de otros miembros de la clase.

"Sus caras y ojos se iluminaron," dice ella. “Estaban tan felices. Yo tenía que leerle la Biblia a Paul, así que ahora está mucho más feliz cuando puede leerla."

James W. Beasley, de 54 años, reemplazó a su hermano como pastor de la Primera Asamblea de Dios de Frederick en Oklahoma en septiembre pasado cuando Paul y Karen se mudaron al centro de residencia asistida.

La sanidad trajo más que una transformación física. Debido a su mala salud, Paul había perdido gran parte de su personalidad optimista que exhibía antes, dice su hermano. Pero cuando Paul lo llamó después de su sanidad, su voz destellaba emoción, según James.

"Podías escuchar que había algo diferente en su voz," dice James. "Yo me sentía en el cielo por él."

James le dijo a su hermano que necesitaba comenzar a tocar el piano nuevamente, ya que una mujer que había tocado para los residentes los miércoles ya no podía ingresar a las instalaciones. La semana siguiente, Paul interpretó unos himnos antiguos.

Debido a que Paul había pastoreado la Primera AD de Frederick por dos años antes de pasar al centro de residencia asistida, la curación de su vista también ha reforzado la fe de los adherentes allí.

"Les digo a nuestros miembros que Dios no hace acepción de personas," dice James, que pastoreó en Arizona durante 12 años antes de mudarse a Frederick. “Si lo hizo por Paul, puede hacerlo por ellos. Por eso practicamos la imposición de manos. Ha fortalecido nuestra creencia."

En cuanto a Paul, se ríe de liderar la clase de Escuela Dominical.

"Tengo que recordarme a mí mismo que estoy reemplazando a un bautista," dice Beasley, quien en el pasado ha servido la Santa Cena a otros residentes.

Kenneth C. Walker

Kenneth C. Walker es un escritor, coautor y editor de libros independiente de Huntington, Virginia Occidental, con más de 3,500 artículos firmados y tres docenas de libros en su haber. Su trabajo puede encontrarse en www.KenWalkerWriter.com.