No hay vuelta atrás
Como un niño pobre de 12 años que había crecido en el centro de la ciudad de Milwaukee, Warren G. Curry Jr. se dio cuenta de que la vida de su padre cambió radicalmente al convertirse al cristianismo. Durante la siguiente década, Warren Curry padre compartió continuamente con su hijo cómo Jesús podía reformar su vida también.
Pero Warren Jr. mostraba más curiosidad en rebelarse que en buscar al Señor. Descubrió que la venta de marihuana y cocaína era atractiva durante su adolescencia. El estilo de vida festivo lo dominada cuando Curry reprobó en la Universidad Estatal de Grambling en Louisiana.
En 1997, a la edad de 22 años, el futuro de Curry se veía sombrío. Su novia de la universidad le informó que estaba embarazada. Poco después, Curry se sentó detrás de las barras, enfrentando una sentencia de 42 meses por posesión de cocaína con intención de entregarla.
"Cuando estaba en esa celda y empezaba a darme cuenta de que había hecho un gran lío en mi vida, las palabras de mi padre comenzaron a sonar en mi cabeza, casi como una grabadora," recuerda Curry. "Pensé en darle a Jesús una oportunidad, y si no funcionaba, siempre podía volver a lo que había estado haciendo."
Curry no ha vuelto más.
Mientras estaba encarcelado, Curry experimentó su propia transformación cristiana. Recibió el bautismo en el Espíritu Santo, fue bautizado en agua y fue llamado al ministerio. Tras su liberación en 1999 después de cumplir 20 meses, Curry adquirió una nueva perspectiva sobre la vida y comenzó a asistir a una iglesia pentecostal con su padre en Milwaukee.
Le tomó un tiempo más recuperar la confianza de su novia, Tiara, que había dado a luz a su hijo, Caleb, cuando Curry estaba encerrado. Pero después de que Tiara vio a Curry someterse a ser discipulado por los líderes de la iglesia, ella y su familia entraron en razón. La pareja se casó en 2001 — y ahora tienen seis hijos.
En el 2006, Curry dice que el Señor le dijo en un sueño que se mudaría a Cincinnati para plantar una iglesia. El sueño sorprendió a Curry porque no conocía a nadie en Ohio. Seis meses después, Curry tuvo otro sueño, idéntico en dos noches consecutivas. En ambos sueños, él ayudaba a dos pastores caucásicos a sacar rollos de césped de un camión y a desplegarlos como hierba multicolor. Dice que el Señor le proporcionó la interpretación de que esto representaba la plantación de iglesias multiétnicas.
En el 2007, aunque ya ordenado como ministro pentecostal independiente, Curry dice que escuchó otro llamado del Señor: afiliarse a las Asambleas de Dios. Comenzó a asistir a la Asamblea de Dios de Parklawn en Milwaukee. Seis meses después, bajo la tutela del pastor Walter F. Harvey, Curry se convirtió en pastor de jóvenes y jóvenes adultos en Parklawn. Allí, tuvo numerosas oportunidades de enseñar en la iglesia, de relacionarse con los líderes de la comunidad, y de discipular a los prisioneros — todo lo cual, Harvey dice, Curry hizo con destreza. Harvey, que ahora es presidente de la Fraternidad Nacional Afroamericana de las AD, ayudó a Curry a obtener el perdón del gobernador por sus crímenes para que el trabajo pastoral fuera más fácil.
"Me vi a mí mismo en Warren: un joven que pedía a gritos un padre espiritual y un mentor," dice Harvey, de 60 años. "Vi un tremendo potencial dentro de Warren. Tiene un carácter maravilloso. Tiene una tremenda habilidad para comunicar el evangelio de Cristo clara y poderosamente. También tiene una pasión por el discipulado."
MINISTERIO DE CINCINNATI
En el 2009, Curry se trasladó a la zona de Cincinnati y pronto conoció a Randy D. Rice, pastor principal de Iglesia Vida West Chester, y Joshua Wotawa, entonces pastor asociado. Curry reconoció a los dos pastores del AG como los hombres de su sueño tres años antes.
Rice, que inició la Iglesia Vida hace 15 años, rápidamente se hizo amigo del nativo de Milwaukee.
"Basado en su carácter, fue fácil discernir que Dios quería que viniera junto a Warren y alentarlo en su visión y su llamado a plantar una iglesia," dice Rice, de 57 años.
Rice eligió a Curry como su pastor asociado y, después de una rigurosa pasantía, en 2011 lo envió a iniciar la Iglesia Internacional Transformadores de Vidas, una congregación en Fairfield, 10 millas al oeste de West Chester. Las congregaciones permanecen en una relación de iglesias hijas.
Curry ha replicado los esfuerzos que Rice le enseñó, levantando pastores de la congregación, más recientemente Kevin M. Eckhart, quien el año pasado lanzó la Asamblea de Dios Aguas Vivas en New London, Wisconsin. Curry también ayuda en la Red de Multiplicación de Iglesias en eventos de entrenamiento de lanzamiento.
Como pastor, Curry se centró inicialmente en romper las barreras raciales y la injusticia. Transformadores de Vidas es aproximadamente un 60 por ciento afroamericano.
"El Señor fue muy específico al decirnos que construyéramos una comunidad eclesiástica multiétnica desde el principio," dice Curry, 45 años. "Sabemos que el cielo no será segregado".
Curry sostiene que cada etnia tiene algo único que ofrecer que otros grupos no poseen. A combinado todo intencionadamente, desde las preferencias musicales hasta la estructura de liderazgo en la iglesia.
"Dios ha honrado a cada grupo étnico," dice Curry. "Si nos separamos, no podemos experimentar la plena bendición que Dios tiene para nosotros."
Recientemente, tras la muerte de George Floyd, Curry tuvo la oportunidad de compartir temas de conversación de su sermón con pastores blancos de la Red Ministerial de Ohio.
Curry está agradecido por los esfuerzos de reconciliación demostrados entre los miembros de Transformadores de Vidas, que abarcan toda la gama de clases económicas: desde ejecutivos corporativos hasta aquellos que apenas sobreviven con programas de asistencia del gobierno.
Curry ha sido capaz de llenar esos vacíos conectando a los miembros de la iglesia a través de los medios sociales, mucho antes de que esos métodos tuvieran gran popularidad. Esa estrategia resultó ser previsora cuando los servicios de la iglesia tuvieron que ser suspendidos por más de tres meses este año debido al nuevo coronavirus.
"Los servicios en línea nos han funcionado bien durante años," dice Curry, quien está inscrito en un programa de maestría en línea en la Universidad Northwest de las AD en Kirkland, Washington. "Así que cuando la pandemia golpeó, no fue un choque cultural, sólo un pivote." Durante el cierre, Curry predicó desde su oficina en la iglesia a través de YouTube y dos sitios en Facebook. La iglesia amplió su alcance durante el encierro, con espectadores que sintonizaban desde lugares tan lejos como la India.
Mientras reflexiona sobre la transformación de su vida, Curry dice que se ha inspirado más en la influencia de su padre. Warren Sr., de 68 años, ahora asiste a la iglesia donde su hijo es pastor.
"Sin sus esfuerzos evangelizadores en mi vida desde el principio — su implacable búsqueda por mi alma — no se sabe dónde estaría," dice Curry.
Foto principal: Los miembros de la familia Curry son (de izquierda a derecha) Jonathan, Ramiah, Caleb, Sion, Tiara, Rachel, Warren y Joshua.
Foto de abajo: Randy Rice predica en la Iglesia Internacional Transformadores de Vida.