Una familia de Ohio utiliza juguetes de peluche para brindar consuelo en medio de una tragedia

La rara y agresiva forma de leucemia de Brady Martin requería que regresara al hospital pediátrico de cuatro a seis días a la semana para recibir infusiones. Los efectos secundarios se sumaron a la pena del niño de 9 años. De camino a otro tratamiento ambulatorio, Brady declaró: «No quiero hacer esto más».

Su madre, Kristin S. Martin, hizo una oración mirando al cielo. ¿Cómo responderle a su precioso hijo que cursaba el tercer grado? Le explicó a Brady que los dolorosos tratamientos lo mantenían con vida.

Tuvo una idea. Lo compartió con Brady: «¿Qué pasa si cambiamos nuestra perspectiva y somos una luz, no estamos ahí para recibir tratamiento, sino con la misión de ayudar a alguien más?».

Brady se animó de inmediato y preguntó: «¿Qué tienes en mente?»

Habían estado orando por May, su enfermera de oncología, pues su bebé necesitaba una cirugía de corazón. Los dos visitaron la tienda de regalos del hospital donde Brady eligió un unicornio rosa de peluche para Mary, quien lo recibió con alegría.

Mientras la madre y el hijo salían del hospital, Brady describió con sinceridad su día, que comenzó con temor, como «el mejor día de su vida». En su próximo tratamiento, Brady le dio tres animales de peluche a otros pacientes.

Y con eso, la familia Martin, en 2021, lanzó Way to Battle, un ministerio que proporciona «cachorros de batalla» de peluche a cualquier persona que lo necesite.

«Dios puso en mi corazón que esta era una misión que mi familia podía hacer», dice Martin.

Eligieron regalar perros de peluche porque son «leales, se ponen felices al verte sin importar cómo haya sido tu día. La gente siempre puede tener animales de peluche con ellos».

Si bien al inicio Martin imaginó Cachorros de Batalla para aquellos que luchaban contra el cáncer, el Señor tenía un plan más grande. A medida que publicaba en Facebook sobre el tratamiento de Brady y su nuevo ministerio, muchos comenzaron a preguntarle cómo podrían ayudar en el financiamiento del incipiente ministerio y cómo sus seres queridos que estaban enfermos podían obtener un cachorro de batalla.

«Todo el tiempo hay personas luchando contra cosas difíciles», dice Martin, de 42 años, quien con su esposo Chris, los gemelos Brady y Blake, ahora de 13 años, y sus hermanos Aubrey, de 11, y Cooper, de 4, asisten a C3 Church en Canal Winchester, Ohio, un suburbio de Columbus.

Desde su fundación, el ministerio ha distribuido más de 70.000 cachorros de batalla a niños y adultos en medio de una crisis. Cada cachorro lleva un collar con el Salmo 18:39a: «Me has armado de fuerza para la batalla».

Esas batallas incluyen la miríada de problemas de la vida, como la violencia armada y los sobrevivientes de traumas, los adolescentes que han perdido a sus hermanos, los padres en unidades de cuidado de la memoria y los adultos y niños por igual que atraviesan pruebas similares.

«Todas estas cosas son difíciles», dice Martin.

Las familias que sufren tragedias masivas también se acercan para solicitar cachorros de batalla, tragedias como incendios forestales, huracanes y hasta tiroteos escolares. Pronto el ministerio comenzó a apoyar a familias enteras y escuelas.

Hoy en día, el ministerio ofrece 29 razas diferentes. «Cuando enviamos cachorros de batalla a las aulas, queremos que todos tengan uno diferente, o un perro diferente para cada persona de la familia», dice.

A medida que el ministerio ha crecido de boca en boca, también lo ha hecho su financiación.

«Todo es fundamental, gente que cree en lo que hacemos y en nuestra misión y quiere ayudarnos», dice Martin. «Ellos continúan impulsándolo y nos permiten seguir adelante». El sitio web de Way to Battle tiene una página en línea de donaciones. Los voluntarios del ministerio escriben notas para los destinatarios de Battle Pup, colocan collares con la cita bíblica en cada perro y los envían a todo el país y más lejos.

Si bien la misión de Way to Battle no es principalmente el proselitismo, tampoco ocultan su fe o la creencia de que Cristo es la fuente principal de ayuda. «No vamos a ir a las escuelas a predicar el evangelio. Vamos a ellas y plantamos semillas».

Martin ha escrito sobre el recorrido de su familia en su libro Through the Battle: One Family's Journey of Fighting for Joy. [A través de la batalla: El recorrido de una familia en busca del gozo]

Danielle Dickerson dirige los ministerios de Jóvencitas y mujeres de la Red de Ministerios de Ohio. Su hijo Zachariah, de 8 años, llevó a su cachorro de batalla llamado Brutus a una cirugía debido a una lesión en un dedo.

Cuando Zachariah despertó en recuperación, se dio cuenta que el personal había puesto un yeso rojo brillante en la pata delantera de Brutus, uno idéntico al yeso en el brazo del niño. El versículo en el cuello abrió la puerta para que el niño compartiera a Jesús con sus médicos y enfermeras.

Dickerson nominó a la familia de su vecino Joe para recibir cachorros de batalla después de que Joe cayera muerto de un ataque al corazón mientras trotaba. Después de la muerte de Joe, los miembros de su familia recibieron cachorros de batalla, al igual que Dickerson, también en duelo.

«Esto no es solo para niños», dice Dickerson. «No creerías el consuelo que brindan a los adultos».

El proyecto de servicio Jovencitas de las AD de Ohio de este año es recaudar fondos para Way to Battle para comprar más cachorros de batalla.

«Estoy muy emocionada de ayudarla de una manera pequeña», dice Dickerson. «Dios va a hacer cosas asombrosas a través de este ministerio que surgió debido a un tiempo difícil».

Los cachorros de batalla son ejemplos de las cosas asombrosas que Dios da a luz de las cenizas de la tragedia y el sufrimiento, señala Dickerson. «Él da a luz sueños asombrosos, visiones, nuestro próximo gran sí a través de nuestro quebrantamiento».
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